lunes, 23 de noviembre de 2009

Deducciones sobre aquel extraño suceso:

Justamente, haberse olvidado de aquel personaje enajenado con tanta facilidad hacía crecer aún más sus sospechas:

1) El guardián de la noche producía miedo, no podía ser tomado como un Robin Hood de los desvalidos... sino como un desquiciado capaz de cometer cualquier acto. Aquél tipo podía partirte la nuca de un garrotazo, por el simple hecho de no gustarle tu cara.

2) Dijo vigilar aquella zona en la que tantos asesinatos y violaciones ocurrían. G. Revisó los diarios y los archivos de los diarios y nada relacionado con sus dichos aparecía en ellos.

3) Su aparición se produjo desde la oscuridad, como una corporización instantánea, o como si proviniera de algún pasadizo oculto entre las rocas.

4) Sospechó que su intensión era la de alejarlos de allí. Específicamente de la proximidad a la puerta secreta.

¿Desmedido recelo de un portero diabólico?.
¿Acaso el acceso sería utilizado de un momento a otro y aquellas inoportunas presencias resultaban comprometedoras?.
¿Estarían por congregarse en ese recinto los seres cavernarios, los brujos de la ciudad?.

¿Cuáles eran los misterios? , ¿hacia dónde dirigirían esos pasadizos si fuera posible ingresar a ellos?. Ya fuese mediante la trama arquitectónica de la ciudad misma o sobre la base de aquella otra, sugerida por los sueños crípticos, estas deducciones transcriptas a la libreta de fuego llevarían a G. a poner más énfasis en su atenta vigilancia sobre el lugar.

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