Por distintas razones G. paraba en Flores, en casa de Fer. Decir Fer era también decir Cris. Y ya eso era bastante, había que sujetarse fuerte al pronunciar sus nombres, al hacerlo se sacudían los cimientos de la casa. Para hacerse una cabal idea se debe pensar también en un minúsculo cuarto-pasillo, en casa de los padres de Fer. Y en esa dormi-cabina microscópica se hallaba una colección de vinilos imperdibles, una guitarra, el mágico tecladito y un humo constante flotando en la habitación.
De las Comarcas al cemento en un abrir y cerrar de ojos, del silencioso bosque a los fantásticos conciertos de Fer en su club privado.
Él interpretaba a Génesis, Collins, Pink Floyd y The Police como los Dioses. Como si eso fuera poco, era también una especie de rockola humana a quien podías pedir el repertorio completo de Charly o de los Beatles.
Capaz de hacer magia con su tecladito, fascinaba con su música. Es en ese cuarto donde Fer y sus amigos practican el ritual de escuchar la radio, muy en su mundo, tirados en la cama: fanáticos del Tren Fantasma, (aquel programa radial con sugestiva música y frases históricas como: mucha arena... alrededor de la bañera),compartiendo o proyectando planes que terminaban siempre en verdaderas maratones de risotadas.
"Por alguna razón mientras escribo, resuena en mi mente la voz de Fer cantando viejos temas de Lennon.¡Que climas emotivos solía generar con su canto!". Anotó G. a un costado de sus apuntes...
"Un capítulo aparte merece su habilidad en la interpretación de las canciones de los Beatles, se podía pasar la noche entera escuchándolas, intercalando entre ellas dulces bocanadas de María y fresco jugo de naranjas o cervezas".
Cuando habían sido hechados de todos los sitios posibles a causa de aquellas descomunales reuniones de bohemia, la casa que lindaba entre flores y Liniers (geografía abstracta de prodigiosos agites), allí junto a las vías, sobre la calle Yerbal, se convirtió en un paradisíaco Oasis.
Por un único motivo no fueron hechados también de allí, y era porque un larguísimo pasillo separaba el resto de las habitaciones de ese antro. De alguna manera las risas quedaban atemperadas por la distribución de la casa. Aunque alguna vez los vecinos tiraron un zapatazo en señal de protesta.
jueves, 31 de diciembre de 2009
lunes, 14 de diciembre de 2009
Hacia nuevos rumbos:
En el verano del '85 fue madurando la idea de trasladarse a vivir a Rosario. Pasó el verano trabajando en Necochea como mozo en un hotel, entre turistas mendocinos y Sanjuaninos. Aquellos veranos fueron una especie de boom turistico en el balneario, que vio colmada su capacidad receptiva. Las calles de la villa explotaban de gente como hacía años no se veía.
El trabajo en el hotel no era precisamente extenuante, tenía un ritmo pautado sin mucho margen de extensiones: desayuno, almuerzo y cena. Esto le permitia tener un prolongado descanso a partir de las 14 horas hasta las 19:30, en ese tiempo libre realizaba incursiones a la playa o al bosque cada vez que las condiciones climaticas proponían jornadas imperdibles.
Necochea además de ser el sitio de trabajo de los últimos veranos (desde 1983) era la ciudad en G. había nacido. En ella existían varios sitios especiales, uno de ellos el bosque. Adentrarse en él en esas horas de calor, recorriendo sombreados senderos entre la masa de coníferas, sintiéndo la suave brisa del mar, le resultaba maravilloso.Una vez hallado un sitio apropiado, recostándose sobre la hierba, sacaba del morral algunos de sus más preciados libros, y podía pasar horas en ese estado de meditación, leyendo pasajes en voz alta o permaneciendo concentrado en una idea, con los ojos cerrados.
Magníficas lecturas de Hesse ( como Narciso y Goldmundo), o la saga del chamán Don Juan, de Castaneda, eran las preferidas por aquel entonces.
La llegada a la ciudad, desde Mar del Plata, se daba próxima a las fiestas de fin de año, allí permanecía hasta fines de marzo o semana santa, aproximadamente. Era una especie de impasse de las correrias marplatenses, ya que en forma natural pasaba de un estado al otro, pudiendo facilmente adaptarse al cambio de ritmos de un día para el otro, sin sentir en lo más mínimo un corte abrupto de costumbres o rutinas.
Llegado el momento, finalizada la temporada partiría hacia Rosario, con los bolsos cargados de ilusiones. Allí Nino le había inscripto en la Universidad de Humanidades para cursar la carrera de Antropología.
A la ciudad de Rosario la conocía poco, por algunas breves escapadas, fundamentalmente a raíz del viaje al norte, realizado el año anterior junto a Ana Inés. Además allí estaba Omarcito y las hermanas Blaconá.
Pero antes de establecerse definitivamente allí realizaría una parada en Buenos Aires para saludar a los amigos de la zona Oeste.
El trabajo en el hotel no era precisamente extenuante, tenía un ritmo pautado sin mucho margen de extensiones: desayuno, almuerzo y cena. Esto le permitia tener un prolongado descanso a partir de las 14 horas hasta las 19:30, en ese tiempo libre realizaba incursiones a la playa o al bosque cada vez que las condiciones climaticas proponían jornadas imperdibles.
Necochea además de ser el sitio de trabajo de los últimos veranos (desde 1983) era la ciudad en G. había nacido. En ella existían varios sitios especiales, uno de ellos el bosque. Adentrarse en él en esas horas de calor, recorriendo sombreados senderos entre la masa de coníferas, sintiéndo la suave brisa del mar, le resultaba maravilloso.Una vez hallado un sitio apropiado, recostándose sobre la hierba, sacaba del morral algunos de sus más preciados libros, y podía pasar horas en ese estado de meditación, leyendo pasajes en voz alta o permaneciendo concentrado en una idea, con los ojos cerrados.
Magníficas lecturas de Hesse ( como Narciso y Goldmundo), o la saga del chamán Don Juan, de Castaneda, eran las preferidas por aquel entonces.
La llegada a la ciudad, desde Mar del Plata, se daba próxima a las fiestas de fin de año, allí permanecía hasta fines de marzo o semana santa, aproximadamente. Era una especie de impasse de las correrias marplatenses, ya que en forma natural pasaba de un estado al otro, pudiendo facilmente adaptarse al cambio de ritmos de un día para el otro, sin sentir en lo más mínimo un corte abrupto de costumbres o rutinas.
Llegado el momento, finalizada la temporada partiría hacia Rosario, con los bolsos cargados de ilusiones. Allí Nino le había inscripto en la Universidad de Humanidades para cursar la carrera de Antropología.
A la ciudad de Rosario la conocía poco, por algunas breves escapadas, fundamentalmente a raíz del viaje al norte, realizado el año anterior junto a Ana Inés. Además allí estaba Omarcito y las hermanas Blaconá.
Pero antes de establecerse definitivamente allí realizaría una parada en Buenos Aires para saludar a los amigos de la zona Oeste.
miércoles, 9 de diciembre de 2009
Desde un particular punto de vista:
"-Puedo contarte qué se siente desde este particular punto de vista, en el que además de idealista se es Argentino. Espeso camino de sándalo, Brian Eno con fidelidad audiomaníaca y otra vez me siento junto al papel en blanco.Estoy abriendo la brecha por la que mis sentimientos sean poesía, lentamente iré generando el lenguaje. Hojas que transcurren plenas en sus jeroglíficos-" -podía leerse en otra de las páginas (aún en el rodillo de la Olivetti)- y más abajo:
"-Camino por la playa entre cientos de cajas de fósforos fragata, agujereadas a base de pequeños círculos fogoneados (quizá un símbolo de estos tiempos).
Me siento en el borde de la escollera de piedras y saco de mi morral un libro. En su interior una vieja postal de la India, que me regalara aquel loco personaje de origen italiano, que conociera en el bar unas noches atrás.Levanto mi vista y un sol naranja emprende justo en ese instánte su ascenso al cielo-".
"_Me gustaría hacer de todo esto una gran panorámica y componer a partir de ella un poema de imagenes, que supere incluso lo que se pueda llegar a decir en palabras. Fotografiar asi lo que nos es imposible expresar.
De esa manera me acercaría tí, extendería mi brazo sosteniendo esa imagen y te diría: "Se cuál es el preciso momento en que un corazón tiembla". Entonces tú no podrías menos que creer lo que te digo; y encarnaría yo hecho verbo".
En aquellas hojas rasgadas, lo que G. intentaba expresar era la lucha interna de aquel que siente y busca palabras fuerza, capaces de definir la pasión y las luchas de un espíritu afiebrado. Sin embargo, aquel intento de "antinovela" no se materializó en aquel entonces -apenas unas hojas archivadas- y las ganas vueltas a volar.
Momentos insospechados, caminos que uno toma por las noches espejadas, sin saber bien por qué, lo llevarían por senderos que aún faltaban recorrer.
Ahora: ¿Acaso existe alguna diferencia entre lo que él intentaba transcribir entonces y lo que muchos años después decidió relatar?.
No hay diferencia alguna, apenas unos círculos que van cerrando: aquellos que han traído nuevas verdades ( sumadas a los imprevisibles sucesos de aquellas horas) y que han caído como rayos en plena tormenta. Proféticos e inevitables.
"-Camino por la playa entre cientos de cajas de fósforos fragata, agujereadas a base de pequeños círculos fogoneados (quizá un símbolo de estos tiempos).
Me siento en el borde de la escollera de piedras y saco de mi morral un libro. En su interior una vieja postal de la India, que me regalara aquel loco personaje de origen italiano, que conociera en el bar unas noches atrás.Levanto mi vista y un sol naranja emprende justo en ese instánte su ascenso al cielo-".
"_Me gustaría hacer de todo esto una gran panorámica y componer a partir de ella un poema de imagenes, que supere incluso lo que se pueda llegar a decir en palabras. Fotografiar asi lo que nos es imposible expresar.
De esa manera me acercaría tí, extendería mi brazo sosteniendo esa imagen y te diría: "Se cuál es el preciso momento en que un corazón tiembla". Entonces tú no podrías menos que creer lo que te digo; y encarnaría yo hecho verbo".
En aquellas hojas rasgadas, lo que G. intentaba expresar era la lucha interna de aquel que siente y busca palabras fuerza, capaces de definir la pasión y las luchas de un espíritu afiebrado. Sin embargo, aquel intento de "antinovela" no se materializó en aquel entonces -apenas unas hojas archivadas- y las ganas vueltas a volar.
Momentos insospechados, caminos que uno toma por las noches espejadas, sin saber bien por qué, lo llevarían por senderos que aún faltaban recorrer.
Ahora: ¿Acaso existe alguna diferencia entre lo que él intentaba transcribir entonces y lo que muchos años después decidió relatar?.
No hay diferencia alguna, apenas unos círculos que van cerrando: aquellos que han traído nuevas verdades ( sumadas a los imprevisibles sucesos de aquellas horas) y que han caído como rayos en plena tormenta. Proféticos e inevitables.
miércoles, 2 de diciembre de 2009
Hojas sedientas:
Si G. quedaba en casa era a causa de algo que en él hacía presión. El hecho de haber estado enfermo, clavado en una cama (en cuarentena), con tremendos dolores y una angustiosa desilusión: Esa caída en picada al vacío y el no sentir un fondo donde estellarse. Aunque repentinamente -luego del odio- lograra tomar una decisión: abandonar la cama, salir hasta el kiosco y pedir con determinación temperas y pinceles.
"-Primero surge una pregunta en nuestra mente, detrás de ella una posible respuesta; de golpe nuestra mente empieza a darle vueltas al asunto: entonces, la pregunta inicial se transforma en un majestuoso interrogante. Pregunta y respuesta pasan a ser mecanismos de una misma trampa -porque en definitiva- el esclarecimiento sólo llega con el silencio"-.
"-Único y magnífico silencio, eres el padre de todas las cosas. En tí (sólo en ti) se encuentra la inspiración. ¡Que placer de silencios esta noche en toda la casa!. Tan solo quedan dos cigarros turcos (¿cómo no fumarlos?)si uno tiene apenas veinticinco años y tantas memorias deseando desplegar sus alas entre estas hojas sedientas de tinta-".
"Yo quería escribir una novela, hacerlo con ruido de teclas y con hojas oficio numeradas: un orden y una labor. Pero ante todo, que no fuera como otras veces que luego de diez o doce carillas se borraran ese deseo, ese fuego interno.
Porque si este proyecto cobrara forma, hallara un estilo, sabría por lo menos que escribir es en mi una auténtica vocación. Pero en realidad... la poesía, el cine, la fotografía entre tantas otras vertientes giran a mi alrededor y hay veces en que lo quisiera todo. Por más que los libros sean tan cercanos... tanto, que parezcan ser el canal de expresión preferido-".
G. continuó con la lectura de sus viejos escritos, los recuerdos sobrevolaron en su mente otra vez: Aquella casa de Parque Luro en que vivió catorce años, ese barrio al que siempre sintió como su hogar. La proximidad de la playa, los añosos árboles y el canto de los pájaros colmaron su corazón de dulces nostalgias.
Se dijo: "-Es extraño este ejercicio de leer viejas anotaciones inconclusas...vienen a uno increíbles detalles de antiguas vivencias, hay un salto en el tiempo, repentinamente transbordamos puentes hacia detalles que creíamos perdidos, y que sin embargo al abrirse exhalan ternuras contenidas.
Es tan potente lo escrito como lo que permanece entre líneas... aquello que quedó sin decir. Desde sitios recónditos regresan sentimientos, sensaciones, emoción pura".
"-Primero surge una pregunta en nuestra mente, detrás de ella una posible respuesta; de golpe nuestra mente empieza a darle vueltas al asunto: entonces, la pregunta inicial se transforma en un majestuoso interrogante. Pregunta y respuesta pasan a ser mecanismos de una misma trampa -porque en definitiva- el esclarecimiento sólo llega con el silencio"-.
"-Único y magnífico silencio, eres el padre de todas las cosas. En tí (sólo en ti) se encuentra la inspiración. ¡Que placer de silencios esta noche en toda la casa!. Tan solo quedan dos cigarros turcos (¿cómo no fumarlos?)si uno tiene apenas veinticinco años y tantas memorias deseando desplegar sus alas entre estas hojas sedientas de tinta-".
"Yo quería escribir una novela, hacerlo con ruido de teclas y con hojas oficio numeradas: un orden y una labor. Pero ante todo, que no fuera como otras veces que luego de diez o doce carillas se borraran ese deseo, ese fuego interno.
Porque si este proyecto cobrara forma, hallara un estilo, sabría por lo menos que escribir es en mi una auténtica vocación. Pero en realidad... la poesía, el cine, la fotografía entre tantas otras vertientes giran a mi alrededor y hay veces en que lo quisiera todo. Por más que los libros sean tan cercanos... tanto, que parezcan ser el canal de expresión preferido-".
G. continuó con la lectura de sus viejos escritos, los recuerdos sobrevolaron en su mente otra vez: Aquella casa de Parque Luro en que vivió catorce años, ese barrio al que siempre sintió como su hogar. La proximidad de la playa, los añosos árboles y el canto de los pájaros colmaron su corazón de dulces nostalgias.
Se dijo: "-Es extraño este ejercicio de leer viejas anotaciones inconclusas...vienen a uno increíbles detalles de antiguas vivencias, hay un salto en el tiempo, repentinamente transbordamos puentes hacia detalles que creíamos perdidos, y que sin embargo al abrirse exhalan ternuras contenidas.
Es tan potente lo escrito como lo que permanece entre líneas... aquello que quedó sin decir. Desde sitios recónditos regresan sentimientos, sensaciones, emoción pura".
domingo, 29 de noviembre de 2009
Puntos Cardinales:
En tinta roja podía leerse: " No es esta cualquier noche, son muchas las cosas que ella arrastra, el hecho de que aún se estire el invierno con los crónicos fríos de estos últimos días, y encima -que casi esté vacío el protector de película 100 asas-, genera en mi mente cierta incertidumbre. Claro que no es una noche cualquiera: casi tengo 25 y quince noches de ojeras azuladas".
Para G. por sobre todo, escribir era un encuentro consigo mismo. Había elegído esa soledad (apenas consigo mismo entre las paredes de la casa de parque Luro, demasiado grande y fresca en aquel instánte) con la finalidad de encontrar en ese silencio una veta por la que se colara la inspiración y abrir así el dique de contensión.
Apenas a unos días de su regreso desde Rosario -donde había intentado establecerse para estudiar antropología-. Donde lo tomara el destino con fuerza y por sorpresa.
Aunque ya se sentía en otro mundo (MDP se le representaba a siglos de aquella experiencia), de todas formas, el hecho de mencionar aquel sitio, traía a su mente aquella minúscula casita de Fisherton, en la que debió permanecer postrado, guardando cama, pidiéndo mentalmente una y otra vez (frente a los primeros síntomas) no tener hepatitis.
salía de ese angustioso recuerdo y quedaba reconcentrado en sus imagenes mentales. Pasados unos minutos retomó sus escritos y entonces tipeó:
"-¿Qué puedo yo darte más que un tiempo de inspiración, en el que me siento hecho de poesía?-"
Denso humo de Cannabis, ¿cómo no nombrarte si nací en los sesenta?.
Un libro de poemas, una radio incoherente y un cigarro más allá de la coherencia: perfectos compañeros para estar sólo. Extensa noche, en la que uno puede sentirse a gusto en casa -como resguardado en su nido-. Y afuera, la lluvia"-.
En aquellas palabras se percibía un intento: decir lo indecible, abrir el corazón y mostrarse íntimamente. Una conjunción estelar de símbolos de qué valerse, sentimientos que alimentan, palabras escogidas especialmente para nombrar la vida.
G. divisaba en su esencia un Norte, indeleble como un sello en el alma. Concentrando sus fuerzas en un punto candente desde el que escuchar su propia voz:
- "Fría noche solitaria entre mates amargos como de costumbre. (ssshhhssp!!!). Último sorbo de agua caliente subiendo por esta bombilla. Ahora que son las 11 P.M y los amnésicos estarán tocando. ¿Acaso olvidarán la letra?"-.
Esa banda de Punk-Rock tocaban esa noche en Viva María, un conocido pub sobre la costanera. Durante el transcurso del día había pensado ir pero termino no haciéndolo, para ensayar nuevos escritos en la casa de Parque Luro, a los que en tono chistoso mencionaba como su antinovela.
Supo después por comentarios de amigos que el show había culminado con una hecatombe de sillas volando de un lado a otro, luego que al cantante le sacudieran con un chopp de vidrio por la cabeza.
Agradeció a su Olivetti haberlo seducido instándolo a permanecer en la cocina de Cardiel aquella tumultuosa jornada.
Para G. por sobre todo, escribir era un encuentro consigo mismo. Había elegído esa soledad (apenas consigo mismo entre las paredes de la casa de parque Luro, demasiado grande y fresca en aquel instánte) con la finalidad de encontrar en ese silencio una veta por la que se colara la inspiración y abrir así el dique de contensión.
Apenas a unos días de su regreso desde Rosario -donde había intentado establecerse para estudiar antropología-. Donde lo tomara el destino con fuerza y por sorpresa.
Aunque ya se sentía en otro mundo (MDP se le representaba a siglos de aquella experiencia), de todas formas, el hecho de mencionar aquel sitio, traía a su mente aquella minúscula casita de Fisherton, en la que debió permanecer postrado, guardando cama, pidiéndo mentalmente una y otra vez (frente a los primeros síntomas) no tener hepatitis.
salía de ese angustioso recuerdo y quedaba reconcentrado en sus imagenes mentales. Pasados unos minutos retomó sus escritos y entonces tipeó:
"-¿Qué puedo yo darte más que un tiempo de inspiración, en el que me siento hecho de poesía?-"
Denso humo de Cannabis, ¿cómo no nombrarte si nací en los sesenta?.
Un libro de poemas, una radio incoherente y un cigarro más allá de la coherencia: perfectos compañeros para estar sólo. Extensa noche, en la que uno puede sentirse a gusto en casa -como resguardado en su nido-. Y afuera, la lluvia"-.
En aquellas palabras se percibía un intento: decir lo indecible, abrir el corazón y mostrarse íntimamente. Una conjunción estelar de símbolos de qué valerse, sentimientos que alimentan, palabras escogidas especialmente para nombrar la vida.
G. divisaba en su esencia un Norte, indeleble como un sello en el alma. Concentrando sus fuerzas en un punto candente desde el que escuchar su propia voz:
- "Fría noche solitaria entre mates amargos como de costumbre. (ssshhhssp!!!). Último sorbo de agua caliente subiendo por esta bombilla. Ahora que son las 11 P.M y los amnésicos estarán tocando. ¿Acaso olvidarán la letra?"-.
Esa banda de Punk-Rock tocaban esa noche en Viva María, un conocido pub sobre la costanera. Durante el transcurso del día había pensado ir pero termino no haciéndolo, para ensayar nuevos escritos en la casa de Parque Luro, a los que en tono chistoso mencionaba como su antinovela.
Supo después por comentarios de amigos que el show había culminado con una hecatombe de sillas volando de un lado a otro, luego que al cantante le sacudieran con un chopp de vidrio por la cabeza.
Agradeció a su Olivetti haberlo seducido instándolo a permanecer en la cocina de Cardiel aquella tumultuosa jornada.
miércoles, 25 de noviembre de 2009
Aquellas páginas rasgadas decían lo siguiénte:
"Hace apenas unos meses creí poder escribir una novela, para plagarla de significados y, mediante la ficción sacar aspectos de la realidad de aquel ámbito en que transcurrieron nuestros días, donde la verdad se nos hizo hermética.
Esa idea originaria consta de todos los ingredientes para crear un mundo, al que estoy aún buscando -afiebradamente- un punto de apoyo para hecharlo a girar sobre su órbita-".
Apenas utilizando una mesa como plataforma de despegue,G. proyectaba escribir sobre aquellas circunstancias que giraron a su alrededor, pero intuyendo, imaginándo, percibiéndo que ellas habían afectado a los demás de idéntico modo.
"-Claro que siempre solemos limitar el mundo a lo que nos es esencial, aquellos a quienes uno ama y a lo que nos ha herido-".Solía explicar cuando comentaba la dura faena de la escritura entre sus amigos del bar.
Especulaba con la llegada de una claridad que le tocase y reviviera, justo cuando el mundo anunciaba la llegada del cometa Halley con su larga cola de helio. Promesa de mutaciones, símbolo ardiente de tantos deseos.
Leyendo aquellos fragmentos dispersos, una sonrisa brotó entre las comisuras de sus labios. G. rememoró aquel estado de exitación que significara el paso del cometa. Vinieron a su mente aquellas escapadas en auto, por la ruta, camino a Santa Clara del Mar.
Mirándo hacia la bóveda nocturna cargada de estrellas, junto a sus amigos: intentando divisar el fenómeno en la más absoluta oscuridad.
Prosiguió en la lectura de aquellas anotaciones por un rato... el agua de la pava comenzaba a enfriarse.
Había transcurrido un tiempo prudencial, volvió a creer que de esa idea madre saldría alguna cosa interesante. Por lo pronto -como en un ritual- continuó alimentando su fe depositándo sus energías en aquella posibilidad.
Cerró los ojos por un momento, entonces una imagen brotó en su memoria: viajaban en el auto de Chepi, el tercer acompañante era M.
Chepi (que conducía el taunus) decidió enfilar rumbo hacia parque Camet, pero raudamente sobrepasaron el G.A.D.A a toda velocidad riéndo a carcajadas; Luego de atravesar la localidad de Santa Clara, se detuvieron a un costado de la carretera.
Bajaron del rodado curiosos, buscando en el cielo rastros del cometa.
El cielo latía de estrellas y la brisa marina pegaba suavemente en sus rostros.
Esa idea originaria consta de todos los ingredientes para crear un mundo, al que estoy aún buscando -afiebradamente- un punto de apoyo para hecharlo a girar sobre su órbita-".
Apenas utilizando una mesa como plataforma de despegue,G. proyectaba escribir sobre aquellas circunstancias que giraron a su alrededor, pero intuyendo, imaginándo, percibiéndo que ellas habían afectado a los demás de idéntico modo.
"-Claro que siempre solemos limitar el mundo a lo que nos es esencial, aquellos a quienes uno ama y a lo que nos ha herido-".Solía explicar cuando comentaba la dura faena de la escritura entre sus amigos del bar.
Especulaba con la llegada de una claridad que le tocase y reviviera, justo cuando el mundo anunciaba la llegada del cometa Halley con su larga cola de helio. Promesa de mutaciones, símbolo ardiente de tantos deseos.
Leyendo aquellos fragmentos dispersos, una sonrisa brotó entre las comisuras de sus labios. G. rememoró aquel estado de exitación que significara el paso del cometa. Vinieron a su mente aquellas escapadas en auto, por la ruta, camino a Santa Clara del Mar.
Mirándo hacia la bóveda nocturna cargada de estrellas, junto a sus amigos: intentando divisar el fenómeno en la más absoluta oscuridad.
Prosiguió en la lectura de aquellas anotaciones por un rato... el agua de la pava comenzaba a enfriarse.
Había transcurrido un tiempo prudencial, volvió a creer que de esa idea madre saldría alguna cosa interesante. Por lo pronto -como en un ritual- continuó alimentando su fe depositándo sus energías en aquella posibilidad.
Cerró los ojos por un momento, entonces una imagen brotó en su memoria: viajaban en el auto de Chepi, el tercer acompañante era M.
Chepi (que conducía el taunus) decidió enfilar rumbo hacia parque Camet, pero raudamente sobrepasaron el G.A.D.A a toda velocidad riéndo a carcajadas; Luego de atravesar la localidad de Santa Clara, se detuvieron a un costado de la carretera.
Bajaron del rodado curiosos, buscando en el cielo rastros del cometa.
El cielo latía de estrellas y la brisa marina pegaba suavemente en sus rostros.
martes, 24 de noviembre de 2009
Pensativo, con su mano sosteniéndo el mentón...
¿Qué otras cuestiones inundaban el alma de G., aparte de sus sueños recurrentes?.
¿En qué ocupaba sus días, además de aquellas intensas noches de bohemia?.
Sus otras obsesiones sumadas a las afiebradas congregaciones en el Petit Lion D'or estaban dadas por la lectura frenética y el intento de escribir una novela.
"-Es como la vida misma -se decía- ¿O acaso no estamos cubiertos de infinitas capas y pensamientos?. Sometidos a los vaivenes de los acontecimientos y sensaciones que nos cruzan como diagonales"-.
G. encontró algunas hojas ajadas guardadas en su carpeta de archivos. Corría el año 1987, y esos escritos estaban ya próximos a cumplir dos años.
Indudablemente los habría releído en varias ocasiones, pues estaban lo suficiéntemente arrugados.
las letras redondeadas de su olivetti en tinta negra, con algunas frases resaltadas en rojo le resultaban casi una prolongación de su propia caligrafía.
Otras veces el ímpetu de registrar sus pensamientos lo sacudía en plena calle, extraía entonces de su bolso una oportuna libreta de espirales. Recuerdo la mano en pulsión de escribir, la birome bic en posición de loca carrera, geometría de letras y palabras candentes: dibujos de la lengua, al fin.
Como un poseído espiritual, en pleno estado creacional, volcando en sus escritos la sed verdadera.
-"Este corazón que observa y arde, es capaz de incendiar papeles al transcribir sus pensamientos"-, le había dicho en una ocasión a su amigo R.
En sus anotaciones nocturnas quedaban impresas muchas de sus inquietudes, algunas veces las guardaba o daba a leer a sus amigos. Otras veces terminaban olvidadas o simplemente descartadas...
-"¿Cómo abrir una brecha por la que se filtren los significados?.
Pongo un cassette de Caetano Veloso , pidiéndole, tal vez a la música, la fluidez que me falta"-.
"-¿por qué necesito escribir, para qué la urgencia de este relato?. Garabatos que pretenden -no sé cómo- desentrañar lo sucedido.
¿Para qué?, sino por sacar fuera esa sustancia de la que estoy compuesto...
¿pero cómo hacerlo?"-.
"-Habría que ser sincero (se decía a sí mismo): Absolutamente sincero. Sacarlo todo fuera para luego registrarlo en esas hojas, logrando así una imagen recompuesta -ya no fragmentada-.
Para ello debería ir en busca de escritos dispersos, tachados, borroneados... algunos de ellos probablemente perdidos. Hojas borrachas de poesía, garabatos como brazadas de un náufrago que no quiere ahogarse en sus propias confusiones, en sus miedos prozaicos"-.
Apenas unas hojas que quedarían en el intento. Sin embargo era evidente (estaba claramente registrado) que aquellos días incubaban algo poderoso. En una mezcla de agitación creativo-destructiva (de alegría y dolor) se alimentaba el animal que habita el reverso de las cosas: ese salvaje que mutila poemas, destruye anotaciones; dejando apenas rastros de expresión.
¿Cómo decir lo imposible sin caer rehen del sin sentido?.
"-Sin embargo, intentaré rescatar la esencia de mis anotaciones: voy a deletrar el significado oculto. Redescubriré el pulso de aquella época destinada a marcarme a fuego"-.
"-Un nuevo sorbo de mate, pero esta vez en el Bertosis, sobre aquellos otros mates tibios (más antíguos) bebidos dos años atrás en la casa de la calle Cardiel...
Nuevos tipeos a máquina para contestar a R. en interminables cartas impresas en hojas celestes qué había ocurrido en Mardel luego del fuerte vendaval que los sacudiera a todos por igual"-.
G. recomponía sensaciones y sentimientos. Yendo y viniéndo por los años como en una autopista de doble carril.
¿En qué ocupaba sus días, además de aquellas intensas noches de bohemia?.
Sus otras obsesiones sumadas a las afiebradas congregaciones en el Petit Lion D'or estaban dadas por la lectura frenética y el intento de escribir una novela.
"-Es como la vida misma -se decía- ¿O acaso no estamos cubiertos de infinitas capas y pensamientos?. Sometidos a los vaivenes de los acontecimientos y sensaciones que nos cruzan como diagonales"-.
G. encontró algunas hojas ajadas guardadas en su carpeta de archivos. Corría el año 1987, y esos escritos estaban ya próximos a cumplir dos años.
Indudablemente los habría releído en varias ocasiones, pues estaban lo suficiéntemente arrugados.
las letras redondeadas de su olivetti en tinta negra, con algunas frases resaltadas en rojo le resultaban casi una prolongación de su propia caligrafía.
Otras veces el ímpetu de registrar sus pensamientos lo sacudía en plena calle, extraía entonces de su bolso una oportuna libreta de espirales. Recuerdo la mano en pulsión de escribir, la birome bic en posición de loca carrera, geometría de letras y palabras candentes: dibujos de la lengua, al fin.
Como un poseído espiritual, en pleno estado creacional, volcando en sus escritos la sed verdadera.
-"Este corazón que observa y arde, es capaz de incendiar papeles al transcribir sus pensamientos"-, le había dicho en una ocasión a su amigo R.
En sus anotaciones nocturnas quedaban impresas muchas de sus inquietudes, algunas veces las guardaba o daba a leer a sus amigos. Otras veces terminaban olvidadas o simplemente descartadas...
-"¿Cómo abrir una brecha por la que se filtren los significados?.
Pongo un cassette de Caetano Veloso , pidiéndole, tal vez a la música, la fluidez que me falta"-.
"-¿por qué necesito escribir, para qué la urgencia de este relato?. Garabatos que pretenden -no sé cómo- desentrañar lo sucedido.
¿Para qué?, sino por sacar fuera esa sustancia de la que estoy compuesto...
¿pero cómo hacerlo?"-.
"-Habría que ser sincero (se decía a sí mismo): Absolutamente sincero. Sacarlo todo fuera para luego registrarlo en esas hojas, logrando así una imagen recompuesta -ya no fragmentada-.
Para ello debería ir en busca de escritos dispersos, tachados, borroneados... algunos de ellos probablemente perdidos. Hojas borrachas de poesía, garabatos como brazadas de un náufrago que no quiere ahogarse en sus propias confusiones, en sus miedos prozaicos"-.
Apenas unas hojas que quedarían en el intento. Sin embargo era evidente (estaba claramente registrado) que aquellos días incubaban algo poderoso. En una mezcla de agitación creativo-destructiva (de alegría y dolor) se alimentaba el animal que habita el reverso de las cosas: ese salvaje que mutila poemas, destruye anotaciones; dejando apenas rastros de expresión.
¿Cómo decir lo imposible sin caer rehen del sin sentido?.
"-Sin embargo, intentaré rescatar la esencia de mis anotaciones: voy a deletrar el significado oculto. Redescubriré el pulso de aquella época destinada a marcarme a fuego"-.
"-Un nuevo sorbo de mate, pero esta vez en el Bertosis, sobre aquellos otros mates tibios (más antíguos) bebidos dos años atrás en la casa de la calle Cardiel...
Nuevos tipeos a máquina para contestar a R. en interminables cartas impresas en hojas celestes qué había ocurrido en Mardel luego del fuerte vendaval que los sacudiera a todos por igual"-.
G. recomponía sensaciones y sentimientos. Yendo y viniéndo por los años como en una autopista de doble carril.
lunes, 23 de noviembre de 2009
Lo intuitivo y lo racional amalgamados:
"-Aquella puerta de la que hablo está construída sobre el tramo del paseo costero, quizá corrida unos cuantos metros del epicentro exácto donde nos interceptó el guardián de la noche. No es fácil sin haber hecho una medición exhastiva decir a cuántos metros exactos del monumento a la loba Etrusca se halla dicho acceso. En parte porque la caída de la barranca hacia el mar lo dificulta, es necesario hacer un desvío a pie para utilizar la escalera o la natural depresión del terreno para bajar hacia la playa.
Lo único que importa es que la puerta incrustada en las rocas granítica podría abrirnos el acceso al claustro o a la Catedral por profundos tuneles casi en desuso.
Puedes sorprenderte como yo mismo lo estoy: aquí las fuerzas del inconsciente (con su más preciada herramienta, que es la intuición) y las fuerzas racionales ( aquellos aprendizajes hechos de pasado y presente amalgamados) se fusionan. Surgen así potencialidades gigantezcas: nuestros destinos y esencialidades podrían esclarecerse"-.
Aquí hacen falta escudos y destreza de guerreros: hay fuerzas que entran en fricción a causa del fuego desatado.
G. intuía que la única manera de comprender aquellos hechos en su totalidad era ingresando en las profundidades - no sólo en el encuadre histórico-espacial- o sea en la arqueología o en los orígenes de la ciudad; sino también en la trama anímica: en aquellas cosas que vivenció y compartió con cada uno de los seres que marcaron su corazón en aquellas jornadas.
Además: resultaba muy importante no olvidar los aspectos geográficos, el escenario donde aquellos instántes cristalizaron, y con ello estaba nombrando a las fuerzas ocultas de la tierra, los espíritus que la habitan, los hechos violentos que relatan ciertos mitos y supersticiones urbanas...
La pérfida obsesión de los instintos y pesadillas.
Lo único que importa es que la puerta incrustada en las rocas granítica podría abrirnos el acceso al claustro o a la Catedral por profundos tuneles casi en desuso.
Puedes sorprenderte como yo mismo lo estoy: aquí las fuerzas del inconsciente (con su más preciada herramienta, que es la intuición) y las fuerzas racionales ( aquellos aprendizajes hechos de pasado y presente amalgamados) se fusionan. Surgen así potencialidades gigantezcas: nuestros destinos y esencialidades podrían esclarecerse"-.
Aquí hacen falta escudos y destreza de guerreros: hay fuerzas que entran en fricción a causa del fuego desatado.
G. intuía que la única manera de comprender aquellos hechos en su totalidad era ingresando en las profundidades - no sólo en el encuadre histórico-espacial- o sea en la arqueología o en los orígenes de la ciudad; sino también en la trama anímica: en aquellas cosas que vivenció y compartió con cada uno de los seres que marcaron su corazón en aquellas jornadas.
Además: resultaba muy importante no olvidar los aspectos geográficos, el escenario donde aquellos instántes cristalizaron, y con ello estaba nombrando a las fuerzas ocultas de la tierra, los espíritus que la habitan, los hechos violentos que relatan ciertos mitos y supersticiones urbanas...
La pérfida obsesión de los instintos y pesadillas.
Deducciones sobre aquel extraño suceso:
Justamente, haberse olvidado de aquel personaje enajenado con tanta facilidad hacía crecer aún más sus sospechas:
1) El guardián de la noche producía miedo, no podía ser tomado como un Robin Hood de los desvalidos... sino como un desquiciado capaz de cometer cualquier acto. Aquél tipo podía partirte la nuca de un garrotazo, por el simple hecho de no gustarle tu cara.
2) Dijo vigilar aquella zona en la que tantos asesinatos y violaciones ocurrían. G. Revisó los diarios y los archivos de los diarios y nada relacionado con sus dichos aparecía en ellos.
3) Su aparición se produjo desde la oscuridad, como una corporización instantánea, o como si proviniera de algún pasadizo oculto entre las rocas.
4) Sospechó que su intensión era la de alejarlos de allí. Específicamente de la proximidad a la puerta secreta.
¿Desmedido recelo de un portero diabólico?.
¿Acaso el acceso sería utilizado de un momento a otro y aquellas inoportunas presencias resultaban comprometedoras?.
¿Estarían por congregarse en ese recinto los seres cavernarios, los brujos de la ciudad?.
¿Cuáles eran los misterios? , ¿hacia dónde dirigirían esos pasadizos si fuera posible ingresar a ellos?. Ya fuese mediante la trama arquitectónica de la ciudad misma o sobre la base de aquella otra, sugerida por los sueños crípticos, estas deducciones transcriptas a la libreta de fuego llevarían a G. a poner más énfasis en su atenta vigilancia sobre el lugar.
1) El guardián de la noche producía miedo, no podía ser tomado como un Robin Hood de los desvalidos... sino como un desquiciado capaz de cometer cualquier acto. Aquél tipo podía partirte la nuca de un garrotazo, por el simple hecho de no gustarle tu cara.
2) Dijo vigilar aquella zona en la que tantos asesinatos y violaciones ocurrían. G. Revisó los diarios y los archivos de los diarios y nada relacionado con sus dichos aparecía en ellos.
3) Su aparición se produjo desde la oscuridad, como una corporización instantánea, o como si proviniera de algún pasadizo oculto entre las rocas.
4) Sospechó que su intensión era la de alejarlos de allí. Específicamente de la proximidad a la puerta secreta.
¿Desmedido recelo de un portero diabólico?.
¿Acaso el acceso sería utilizado de un momento a otro y aquellas inoportunas presencias resultaban comprometedoras?.
¿Estarían por congregarse en ese recinto los seres cavernarios, los brujos de la ciudad?.
¿Cuáles eran los misterios? , ¿hacia dónde dirigirían esos pasadizos si fuera posible ingresar a ellos?. Ya fuese mediante la trama arquitectónica de la ciudad misma o sobre la base de aquella otra, sugerida por los sueños crípticos, estas deducciones transcriptas a la libreta de fuego llevarían a G. a poner más énfasis en su atenta vigilancia sobre el lugar.
jueves, 19 de noviembre de 2009
Un aparente olvido:
Es curioso que este hecho extraordinario, que sucediera entre los meses de septiembre y octubre del '85 , lo hubiese G. olvidado hasta el momento de recapitular los sueños de los pasadizos.
Casi dos años después surgió en él la idea de que aquella puerta prohibida podría ser la salida del portentoso triángulo, como una extensión subterránea de aquél vértice dibujado en mi planito, aquel punto que está próximo al mar.
¿Qué habían comentado en aquél entonces quienes se enfrentaron al guardián?: ni Pablo Enrique, Ni Dany o Marcelo volviéron a mencionarlo.
Apenas al retirarse de allí hicieron algunos comentarios banales, más bien en plan chistoso sobre el aspecto físico del guardián, la cadena como látigo, la tensión del momento,etc. Seguramente nuestras risas pretendían sacudirnos el temor aún presente en el ambiente.
Sé que resulta extraño. Que es difícil olvidarse del terror vivenciado ante la inesperada intimidación de un demente armado. Sin embargo así fue.
Aquellas imagenes hechas recuerdo retornaron a su memoria en unas conversaciones con R.: o sea, relatándole sus sueños en una serie de cartas alemanas (ya en el año '86 u '87), vino a su memoria el incidente aquí descripto, y a partir de él, la imagen de la puerta prohibida se presentó ante sus ojos.
Enumerar conversaciones concretas con R. sería más que difícil, puesto que hace más de treinta años vienen descifrando juntos misterios de todo tipo. Su capacidad de escuchar e interiorizarse en sus escritos han sido siempre de un compromiso total.
Casi dos años después surgió en él la idea de que aquella puerta prohibida podría ser la salida del portentoso triángulo, como una extensión subterránea de aquél vértice dibujado en mi planito, aquel punto que está próximo al mar.
¿Qué habían comentado en aquél entonces quienes se enfrentaron al guardián?: ni Pablo Enrique, Ni Dany o Marcelo volviéron a mencionarlo.
Apenas al retirarse de allí hicieron algunos comentarios banales, más bien en plan chistoso sobre el aspecto físico del guardián, la cadena como látigo, la tensión del momento,etc. Seguramente nuestras risas pretendían sacudirnos el temor aún presente en el ambiente.
Sé que resulta extraño. Que es difícil olvidarse del terror vivenciado ante la inesperada intimidación de un demente armado. Sin embargo así fue.
Aquellas imagenes hechas recuerdo retornaron a su memoria en unas conversaciones con R.: o sea, relatándole sus sueños en una serie de cartas alemanas (ya en el año '86 u '87), vino a su memoria el incidente aquí descripto, y a partir de él, la imagen de la puerta prohibida se presentó ante sus ojos.
Enumerar conversaciones concretas con R. sería más que difícil, puesto que hace más de treinta años vienen descifrando juntos misterios de todo tipo. Su capacidad de escuchar e interiorizarse en sus escritos han sido siempre de un compromiso total.
miércoles, 18 de noviembre de 2009
El Guardián de la Noche:
"-Frecuentando cotidianamente el grupo Aragón, allá por el año '85, estabamos varios amigos amparados ( o mejor dicho escondidos) en la oscuridad reinante en el paseo de rocas junto al mar, en la estrecha ladera de la loma Santa Cecilia, a pasos de la puerta que se incrusta en las rocas (la puerta encadenada), fumando placidamente y haciéndo chistes...
Repentinamente surgió ante nosotros un hombre de baja estatura, de cuerpo tosco y a la vez forzudo. Apareció de entre las sombras y vimos sus ojos tremendamente enfurecidos y amenazadores.
levantó un gran barrote de hierro y con voz alucinada nos gritó: -¿qué están haciéndo acá?, ¡No se muevan!.
Nosotros quedamos petrificados.
Con su barrote de hierro alzado prosiguió: -¡ Yo casi no duermo para vigilar las atrocidades que ocurren aquí por las noches!, díganme ustedes: ¿ acaso ignoran que este sitio es muy peligroso?. Robos, muertes, violaciones... ¡mucha maldad!.
(la cadena sonaba con cada movimiento que el guardián de la noche realizaba con sus brazos. Los engarces de hierro crujían como un látigo).
Un hilo de transpiración helada corría por nuestras nucas. Nosotros nos mirábamos de reojo, eramos plenamente conscientes de que corríamos un grave peligro ante aquel demente armado.
El tipo prosiguió en su discurso: - A mi no me importa que estén fumando, pero si los agarro haciéndo algo malo los muelo a garrotazos. ¡Yo estoy atento a todo lo que ocurre aquí y es por esa causa que no puedo dormir!. Tengo que vigilar para atrapar a los malditos hijos de puta que cometen esas acciones todas las noches...
No se confundan, yo no soy policia, pero nada de lo que se haga en este paraje escapa de mis ojos, culminó.
Recién entonces nos animamos a decirle algo: Nosotros no hacíamos nada malo allí, sólo estabamos conversando. Ni se nos ocurriría desafiar su vigilancia, eramos gente tranquila, podía estar seguro de ello.
Luego de nuestras disculpas el guardián se fue. seguimos oyendo el ruido de su cadena por un instánte, mezclándose con el estampido de las olas en el granito.
Terminamos el faso y nos alejamos de allí con paso acelerado. Nadie se animó a decir nada, pasamos en silencio frente a la puerta prohibida y al mirarla de reojo el candado me pareció más grueso que nunca.
Bordeamos la empinada ladera y continuamos el trayecto bajo el influjo de la luna.
Los gemelos impávidos seguian alimentandose de la loba,con ínfulas de indiferencia-".
Este texto ya añejo, es otra de las anotaciones que G. realizó en su libreta de fuego. Hay un rastro llamativo: uno puede advertir la presión de la birome en la hoja, la inquietante caligrafía, el nerviosismo o incomodidad al momento de registrarlo...
Repentinamente surgió ante nosotros un hombre de baja estatura, de cuerpo tosco y a la vez forzudo. Apareció de entre las sombras y vimos sus ojos tremendamente enfurecidos y amenazadores.
levantó un gran barrote de hierro y con voz alucinada nos gritó: -¿qué están haciéndo acá?, ¡No se muevan!.
Nosotros quedamos petrificados.
Con su barrote de hierro alzado prosiguió: -¡ Yo casi no duermo para vigilar las atrocidades que ocurren aquí por las noches!, díganme ustedes: ¿ acaso ignoran que este sitio es muy peligroso?. Robos, muertes, violaciones... ¡mucha maldad!.
(la cadena sonaba con cada movimiento que el guardián de la noche realizaba con sus brazos. Los engarces de hierro crujían como un látigo).
Un hilo de transpiración helada corría por nuestras nucas. Nosotros nos mirábamos de reojo, eramos plenamente conscientes de que corríamos un grave peligro ante aquel demente armado.
El tipo prosiguió en su discurso: - A mi no me importa que estén fumando, pero si los agarro haciéndo algo malo los muelo a garrotazos. ¡Yo estoy atento a todo lo que ocurre aquí y es por esa causa que no puedo dormir!. Tengo que vigilar para atrapar a los malditos hijos de puta que cometen esas acciones todas las noches...
No se confundan, yo no soy policia, pero nada de lo que se haga en este paraje escapa de mis ojos, culminó.
Recién entonces nos animamos a decirle algo: Nosotros no hacíamos nada malo allí, sólo estabamos conversando. Ni se nos ocurriría desafiar su vigilancia, eramos gente tranquila, podía estar seguro de ello.
Luego de nuestras disculpas el guardián se fue. seguimos oyendo el ruido de su cadena por un instánte, mezclándose con el estampido de las olas en el granito.
Terminamos el faso y nos alejamos de allí con paso acelerado. Nadie se animó a decir nada, pasamos en silencio frente a la puerta prohibida y al mirarla de reojo el candado me pareció más grueso que nunca.
Bordeamos la empinada ladera y continuamos el trayecto bajo el influjo de la luna.
Los gemelos impávidos seguian alimentandose de la loba,con ínfulas de indiferencia-".
Este texto ya añejo, es otra de las anotaciones que G. realizó en su libreta de fuego. Hay un rastro llamativo: uno puede advertir la presión de la birome en la hoja, la inquietante caligrafía, el nerviosismo o incomodidad al momento de registrarlo...
Una pequeña puerta amurada en la roca:
Si bien, por causas fortuítas es a mí a quién le toca relatar estos acontecimientos sobre la vida de G., hay partes que prefiero copiarlas tal cuál fueron escritas en su momento:
"-Sobre la costa, a la altura del claustro, donde una loba amamanta a dos gemelos, cae abruptamente hacia el mar una formación rocosa, de orígen granítico. Zona de paseos turísticos que cuenta con una particularidad: ser excesivamente oscura por las noches.
Siguiéndo el recorrido de las rocas,transitando paralelamente a un murallón de proporciones, cubierto por plantas colgantes (uñas de gato, enredaderas), puede uno toparse en forma repentina con una pequeña puerta. La misma siempre tiene candado y una gruesa cadena. Lo extraño es que cualquier transeunte puede pasar por allí sin prestarle la menor atención. En mi caso no fue así, y conociendo la recurrencia de mis sueños geométricos podría decirse que es a causa de mi obsesión...
Sin embargo, desde niño esa puerta pequeña, clausurada, era llamativa para mí. Esto no es vanal ni puedo tampoco llamarlo simple casualidad: en varios acontecimientos de mi vida he sentido como un signo, un mensaje que viene desde muy atrás,cierta atracción o quizá una especie de premonición.
Siempre subterránea y prohibida, aquella puerta de madera rústica (al igual que los edificios emblemáticos de mis sueños) se integran al paisaje cotidiano, a las postales vacacionales de miles de personas, sin más. Sin embargo, en mi caso podría rastrear significaciones, atracción, inquietudes con una data bastante antigua: durante más de diez años he rondado entre esos edificios con creciente interés, lo que podríamos llamar, una especie de imantación-".
Ciertos pasajes de la libreta mantienen intácta la fuerza y convicción con los que fueron contados. Hay puntos del relato que intuyo como revelaciones.
"-Sobre la costa, a la altura del claustro, donde una loba amamanta a dos gemelos, cae abruptamente hacia el mar una formación rocosa, de orígen granítico. Zona de paseos turísticos que cuenta con una particularidad: ser excesivamente oscura por las noches.
Siguiéndo el recorrido de las rocas,transitando paralelamente a un murallón de proporciones, cubierto por plantas colgantes (uñas de gato, enredaderas), puede uno toparse en forma repentina con una pequeña puerta. La misma siempre tiene candado y una gruesa cadena. Lo extraño es que cualquier transeunte puede pasar por allí sin prestarle la menor atención. En mi caso no fue así, y conociendo la recurrencia de mis sueños geométricos podría decirse que es a causa de mi obsesión...
Sin embargo, desde niño esa puerta pequeña, clausurada, era llamativa para mí. Esto no es vanal ni puedo tampoco llamarlo simple casualidad: en varios acontecimientos de mi vida he sentido como un signo, un mensaje que viene desde muy atrás,cierta atracción o quizá una especie de premonición.
Siempre subterránea y prohibida, aquella puerta de madera rústica (al igual que los edificios emblemáticos de mis sueños) se integran al paisaje cotidiano, a las postales vacacionales de miles de personas, sin más. Sin embargo, en mi caso podría rastrear significaciones, atracción, inquietudes con una data bastante antigua: durante más de diez años he rondado entre esos edificios con creciente interés, lo que podríamos llamar, una especie de imantación-".
Ciertos pasajes de la libreta mantienen intácta la fuerza y convicción con los que fueron contados. Hay puntos del relato que intuyo como revelaciones.
domingo, 15 de noviembre de 2009
Advertencia antes de ingresar al territorio onírico:
No es fácil sintetizar este tramo de vivencias, en parte por la intensidad de lo vivido, pero a la vez porque las fusiones con la gente se daban en grupos y atomizadamente. Puede recordarse la etapa con Pablo, cuando viajaban al barrio de San Telmo, para encontrarse con Miguel Grinberg en un local de la calle Humberto Primo, en planes de armar unos eventos culturales en Mar del Plata.
Recuerdos de cuando Fito Frati los llevó al Barock, a principios de los años '80 en su rol de fotógrafo de varias de las bandas, allanándoles el paso hacia bastidores.
Otro nítido momento que G. solía comentar: la seguidilla de campamentos en los bosques cercanos a las brusquitas, donde tantas veces experimentaban sus poesías descarnadas.
Un capítulo aparte ocuparía su viaje de Mochilero hacia el norte junto a Ana Inés, en el '84.
¿Podría incluírse todas esas faces en el mismo plano?. En rasgos generales él diría que sí. O quizás hacerlo nos ayude a sintetizar este relato. O tal vez, la memoria desdibujada en el tiempo haga reduccionismos simplificadores por comodidad u olvido.
De momento, dejemos aquí lo concerniente a este grupo de gente, volveremos al centro del relato de los pazadizos...
G. llevaba un bosquejo (una especie de planito),en que una línea punteada entrelazaba la Catedral, el Claustro y el apartamento del sueño, territorio onírico donde acontecieron tantas cosas, varias de ellas ni siquiera mencionadas aún...
Deberás estar atento a lo que estoy a punto de decir. Aunque no puedo hacerlo sin antes advertirte desde este preciso momento que: muchas de aquellas cosas, tienen correlatos con la realidad. Entonces lo onírico y lo material se entremezclan,cobran poderes particulares.
Recuerdos de cuando Fito Frati los llevó al Barock, a principios de los años '80 en su rol de fotógrafo de varias de las bandas, allanándoles el paso hacia bastidores.
Otro nítido momento que G. solía comentar: la seguidilla de campamentos en los bosques cercanos a las brusquitas, donde tantas veces experimentaban sus poesías descarnadas.
Un capítulo aparte ocuparía su viaje de Mochilero hacia el norte junto a Ana Inés, en el '84.
¿Podría incluírse todas esas faces en el mismo plano?. En rasgos generales él diría que sí. O quizás hacerlo nos ayude a sintetizar este relato. O tal vez, la memoria desdibujada en el tiempo haga reduccionismos simplificadores por comodidad u olvido.
De momento, dejemos aquí lo concerniente a este grupo de gente, volveremos al centro del relato de los pazadizos...
G. llevaba un bosquejo (una especie de planito),en que una línea punteada entrelazaba la Catedral, el Claustro y el apartamento del sueño, territorio onírico donde acontecieron tantas cosas, varias de ellas ni siquiera mencionadas aún...
Deberás estar atento a lo que estoy a punto de decir. Aunque no puedo hacerlo sin antes advertirte desde este preciso momento que: muchas de aquellas cosas, tienen correlatos con la realidad. Entonces lo onírico y lo material se entremezclan,cobran poderes particulares.
sábado, 14 de noviembre de 2009
G.A.P.A:
"-Debíamos identificarnos como fuerza movilizadora y para ello lanzamos a la calle un panfleto con las siglas GAPA, que significaba "Grupo Autónomo Pro-Arte".
Nuestra declaración de principios era ambigua: mezclaba ideas del surrealismo y el Mayo Francés, reivindicaba la poesía como indispensable motor y a los sueños como fuente de la que beber.
Aún recuerdo el frenesí de Pablo Enrique y Marcelo en el dictado de la proclama fundacional, tecleando en el Petit Lion D'or aquellas frases dinamitadoras.
La ambiguedad de esos principios (incluso que no fueran verdaderamente novedosos) poco importaba. Lo indiscutible para ese entonces eran las ganas de hacer que brotaba por nuestros poros; lo que era en sí todo un desafío, muy especialmente a pesar de haber transcurrido nuestras respectivas adolescencias en medio de una terrible censura y persecusiones ideológicas.
Eran nuevos y revitalizantes para nosotros, indispensables para el momento y puertas abiertas a la transgresión... incluso, terriblemente divertidos.
Hubo una serie de libros que causaron sensación. Hablo de un antropólogo que en realidad había estado muy en boga en la década del '70, pero que llegaba a nosotros a principios de los '80, un poco sugerido en algunas de las canciones de Luís Alberto Spinetta en su obra "Alma de Diamante". Me refiero a Carlos Castaneda y las experiencias de Don Juan, obras que marcaron nuestras almas a fuego.
Aún conservo la primera edición en español de "Las enseñanzas de Don Juan", del Fondo de Cultura Mexicano, del año 1974. Ese libro voló mi mente a principio de los años ochenta, con finas marcas en lápiz permanecen mis anotaciones de entonces, señalando destellos fulgurantes de sabiduria-".
Nuestra declaración de principios era ambigua: mezclaba ideas del surrealismo y el Mayo Francés, reivindicaba la poesía como indispensable motor y a los sueños como fuente de la que beber.
Aún recuerdo el frenesí de Pablo Enrique y Marcelo en el dictado de la proclama fundacional, tecleando en el Petit Lion D'or aquellas frases dinamitadoras.
La ambiguedad de esos principios (incluso que no fueran verdaderamente novedosos) poco importaba. Lo indiscutible para ese entonces eran las ganas de hacer que brotaba por nuestros poros; lo que era en sí todo un desafío, muy especialmente a pesar de haber transcurrido nuestras respectivas adolescencias en medio de una terrible censura y persecusiones ideológicas.
Eran nuevos y revitalizantes para nosotros, indispensables para el momento y puertas abiertas a la transgresión... incluso, terriblemente divertidos.
Hubo una serie de libros que causaron sensación. Hablo de un antropólogo que en realidad había estado muy en boga en la década del '70, pero que llegaba a nosotros a principios de los '80, un poco sugerido en algunas de las canciones de Luís Alberto Spinetta en su obra "Alma de Diamante". Me refiero a Carlos Castaneda y las experiencias de Don Juan, obras que marcaron nuestras almas a fuego.
Aún conservo la primera edición en español de "Las enseñanzas de Don Juan", del Fondo de Cultura Mexicano, del año 1974. Ese libro voló mi mente a principio de los años ochenta, con finas marcas en lápiz permanecen mis anotaciones de entonces, señalando destellos fulgurantes de sabiduria-".
jueves, 12 de noviembre de 2009
Rituales Aragoneses:
"-Recuerdo claramente haber participado con Nume en algunas veladas del Petit Lion D'or, que por otra parte estaba muy cercano a su departamento de avenida Colón.
Me viene a la mente cómo supimos resolver la intriga de aquellas intempestivas peregrinaciones de Pablo Enrique y su troupe hacia la playa Bristol, en medio de la noche.Siempre nos habíamos quedado sentados, en La Pecera, con la mesa practicamente despoblada. Pasados unos veinte minutos nuestros amigos retornaban al café, alborotados y sedientos.En una de las oportunidades, yo salté como un resorte al instánte que ellos huían. Detrás mio el Nume, captó la movida y se sumó a los peregrinos.
Tan solo los seguimos sin decir nada y descubrimos un nuevo rito. Cuando volviamos de la playa, en mi walkman sonaba Disciplina, de King Crimson. Una nueva dimensión de la ciudad se presentaba ante mis ojos.
Cuando se formó el grupo no tenía éste el nombre que le he dado en mi relato, era más bien un punto de confluencia de varias vertientes humanas. La coincidencia estaba dada por la sensibilidad, en aquellas ganas de expresarnos, especialmente viniéndo todos de una tremenda época histórica y social, como lo fuera la Dictadura entre los años 1976 y 1983.
Todos nosotros crecimos entre piquetes de soldados apostados en calles céntricas o en los accesos de la ciudad. Infinidad de veces se nos pedía el Documento de identidad en controles de rutina. Llegamos al absurdo de bailar en el Club Náutico, en pistas repletas de jóvenes, con soldados apostados en posición de firmes, mientras sonaban temas de Led Zeppelin,Purple,Yes o Focus por nombrar algunos...
Para el '83, luego de la caída de Galtieri, se respiraban aires de cambio, y nosotros estábamos allí, con un proyecto en manos-".
En lo que G. describe aquí, me he detenído varias veces para analizarlo: -El hecho que me toque a mí reescribir esta esquela autobiográfica- por su expreso encargo, hace que deba determe en ella para destacar un aspecto fundamental.
Desde esa Dictadura militar que atravezó por completo sus adolescencias, a la salida de emergencia luego del desquicio de la guerra de Malvinas, todos ellos como generación se habían refugiado en la lectura y en la música. Sus inquietos espíritus se habían nutrido de ese caldo. El ámbito underground de los poetas malditos y la generación beat norteamericana convivían entre los anaqueles de sus bibliotecas pobladas de obras de Girondo,Borges, Sábato, Cortázar...
La vuelta a la democracia les olía a primavera.
Me viene a la mente cómo supimos resolver la intriga de aquellas intempestivas peregrinaciones de Pablo Enrique y su troupe hacia la playa Bristol, en medio de la noche.Siempre nos habíamos quedado sentados, en La Pecera, con la mesa practicamente despoblada. Pasados unos veinte minutos nuestros amigos retornaban al café, alborotados y sedientos.En una de las oportunidades, yo salté como un resorte al instánte que ellos huían. Detrás mio el Nume, captó la movida y se sumó a los peregrinos.
Tan solo los seguimos sin decir nada y descubrimos un nuevo rito. Cuando volviamos de la playa, en mi walkman sonaba Disciplina, de King Crimson. Una nueva dimensión de la ciudad se presentaba ante mis ojos.
Cuando se formó el grupo no tenía éste el nombre que le he dado en mi relato, era más bien un punto de confluencia de varias vertientes humanas. La coincidencia estaba dada por la sensibilidad, en aquellas ganas de expresarnos, especialmente viniéndo todos de una tremenda época histórica y social, como lo fuera la Dictadura entre los años 1976 y 1983.
Todos nosotros crecimos entre piquetes de soldados apostados en calles céntricas o en los accesos de la ciudad. Infinidad de veces se nos pedía el Documento de identidad en controles de rutina. Llegamos al absurdo de bailar en el Club Náutico, en pistas repletas de jóvenes, con soldados apostados en posición de firmes, mientras sonaban temas de Led Zeppelin,Purple,Yes o Focus por nombrar algunos...
Para el '83, luego de la caída de Galtieri, se respiraban aires de cambio, y nosotros estábamos allí, con un proyecto en manos-".
En lo que G. describe aquí, me he detenído varias veces para analizarlo: -El hecho que me toque a mí reescribir esta esquela autobiográfica- por su expreso encargo, hace que deba determe en ella para destacar un aspecto fundamental.
Desde esa Dictadura militar que atravezó por completo sus adolescencias, a la salida de emergencia luego del desquicio de la guerra de Malvinas, todos ellos como generación se habían refugiado en la lectura y en la música. Sus inquietos espíritus se habían nutrido de ese caldo. El ámbito underground de los poetas malditos y la generación beat norteamericana convivían entre los anaqueles de sus bibliotecas pobladas de obras de Girondo,Borges, Sábato, Cortázar...
La vuelta a la democracia les olía a primavera.
Tras las huellas del territorio onírico:
En un tiempo primigenio -seguramente- la Catedral de San Pedro y Santa Cecilia y el Claustro de la Loma se divisarían el uno al otro, sin interferencias.
Antes de los rascacielos, en medio de casonas señoriales, estas dos construcciones emblemáticas dominarían el paisaje. G. debía buscar información o viejas fotografías que le sirviesen para obtener los rastros más antíguos del paisaje.
¿Cuáles eran los caminos naturalmente escojidos para transitar de un templo al otro?, buscaría las fechas de construcción y arquitectos de ambas obras, fotos o pinturas de la loma Santa Cecilia en estado virginal.
Mucho más le interesaba hacer averiguaciones sobre posibles túneles, excavaciones y arroyos entubados en las proximidades.
Anotaba sigilosamente en su libreta de fuego estas recomendaciones. Es posible que las potencias ocultas transitaran subterráneamente de un edificio al otro.
Antes de los rascacielos, en medio de casonas señoriales, estas dos construcciones emblemáticas dominarían el paisaje. G. debía buscar información o viejas fotografías que le sirviesen para obtener los rastros más antíguos del paisaje.
¿Cuáles eran los caminos naturalmente escojidos para transitar de un templo al otro?, buscaría las fechas de construcción y arquitectos de ambas obras, fotos o pinturas de la loma Santa Cecilia en estado virginal.
Mucho más le interesaba hacer averiguaciones sobre posibles túneles, excavaciones y arroyos entubados en las proximidades.
Anotaba sigilosamente en su libreta de fuego estas recomendaciones. Es posible que las potencias ocultas transitaran subterráneamente de un edificio al otro.
miércoles, 11 de noviembre de 2009
Los orígenes del grupo Aragón:
"-¿Cómo fue que llegué allí? ¿Cómo y cuándo pasé a formar parte del grupo Aragón?.Una pregunta que no halla una respuesta satisfactoria fácilmente. ¿A qué época remontarnos?. Debiera retroceder mentalmente a los años 1982 u 83, aproximadamente...
¿Habíamos transitado juntos alguna vez las inmediaciones del claustro?, cualquier respuesta sería siempre vaga e inconclusa, aunque bajo ninguna causa debiera pensarse por ello, que no hubiesemos compartido experiencias conjuntas, de gran peso en nuestras vidas.
Si debo marcar un sitio de encuentro definido, el más antíguo de mis recuerdos me lleva al café Petit Lión D'or, al que llamabamos "La Pecera" por ser enteramente vidriado y ubicado sobre la vereda del boulevard. Cita de un inquieto grupo de artistas y adeptos al cine; ritual de jóvenes y asiduos lectores, bohemios conspiradores de lo establecido.
Otro de los sitios imprescindibles, resultaba ser en aquel entonces "El Quijote", exquisita librería en la que se nos permitía indagar un impresionante catálogo de autores.Época de Castaneda, Artaud, "Cartas a Teo" y "El suicidado por la sociedad". Maratónicas lecturas electrizantes y una descomunal pasión por las novelas de Cortázar.
De aquel período viene mi costumbre de caminar por las calles desiertas a altas horas de la noche. Infinidad de veces atravesamos el centro y sus inmediaciones ruidosamente, en grupo, estimulados por el aire marino y sus efectos, luego de unas cervezas. Sin embargo nuestros paseos no se daban precisamente alrededor del claustro.
Varias de mis lecturas primordiales fueron producto de ese acontecimiento -el conocer a tamaños personajes de la noche-: Baudelaire y sus paraisos artificiales, las obras completas de Rimbaud, August Strindberg,la trilogía de Henry Miller que tanto me maravilló, y aquella otra de Lawrence Durrell... fantásticos libros que aún conservo en mi biblioteca, y ya se han vueltos amarillentos.
Si quisiese simbolizar hoy día a ese grupo, diría que: juntos actuabamos bajo la lógica de los cadáveres exquisitos de los poetas del surrealismo: (esas hojas plegadas en la que uno escribe una frase a continuación del anterior, con la única pista de la última palabra utilizada). Cada uno de nosotros aportabamos al conjunto, nuestras obsesiones y perspectivas... pero una vez desplegado el papel formabamos un extraño poema ya que en conjunto operabamos como un colectivo creativo-".
G. tenía en sus manos ( al momento de pensar aquello) el libro "Inferno" de Strindberg, con una dedicatoria de Dany (el librero) para su cumpleaños, en el año '83. Servía como pista: podría decirse entonces que, en aquella fecha su permanencia dentro del grupo se había consolidado. Quería decir: ya no su acercamiento intelectual hacia Pablo Enrique, sino con la totalidad de sus integrantes.
Deducía entonces que entre aquel primer acercamiento a causa de sus inquietudes de periodista alternativo y aquellas noches afiebradas en el Petit Lion D'or, transcurrió un año. Es a partir de allí que vivenciaría (en distintos momentos de su vida y en distintas formas) gratas y demenciales veladas con muchos de los integrantes de esta cofradía.
¿Habíamos transitado juntos alguna vez las inmediaciones del claustro?, cualquier respuesta sería siempre vaga e inconclusa, aunque bajo ninguna causa debiera pensarse por ello, que no hubiesemos compartido experiencias conjuntas, de gran peso en nuestras vidas.
Si debo marcar un sitio de encuentro definido, el más antíguo de mis recuerdos me lleva al café Petit Lión D'or, al que llamabamos "La Pecera" por ser enteramente vidriado y ubicado sobre la vereda del boulevard. Cita de un inquieto grupo de artistas y adeptos al cine; ritual de jóvenes y asiduos lectores, bohemios conspiradores de lo establecido.
Otro de los sitios imprescindibles, resultaba ser en aquel entonces "El Quijote", exquisita librería en la que se nos permitía indagar un impresionante catálogo de autores.Época de Castaneda, Artaud, "Cartas a Teo" y "El suicidado por la sociedad". Maratónicas lecturas electrizantes y una descomunal pasión por las novelas de Cortázar.
De aquel período viene mi costumbre de caminar por las calles desiertas a altas horas de la noche. Infinidad de veces atravesamos el centro y sus inmediaciones ruidosamente, en grupo, estimulados por el aire marino y sus efectos, luego de unas cervezas. Sin embargo nuestros paseos no se daban precisamente alrededor del claustro.
Varias de mis lecturas primordiales fueron producto de ese acontecimiento -el conocer a tamaños personajes de la noche-: Baudelaire y sus paraisos artificiales, las obras completas de Rimbaud, August Strindberg,la trilogía de Henry Miller que tanto me maravilló, y aquella otra de Lawrence Durrell... fantásticos libros que aún conservo en mi biblioteca, y ya se han vueltos amarillentos.
Si quisiese simbolizar hoy día a ese grupo, diría que: juntos actuabamos bajo la lógica de los cadáveres exquisitos de los poetas del surrealismo: (esas hojas plegadas en la que uno escribe una frase a continuación del anterior, con la única pista de la última palabra utilizada). Cada uno de nosotros aportabamos al conjunto, nuestras obsesiones y perspectivas... pero una vez desplegado el papel formabamos un extraño poema ya que en conjunto operabamos como un colectivo creativo-".
G. tenía en sus manos ( al momento de pensar aquello) el libro "Inferno" de Strindberg, con una dedicatoria de Dany (el librero) para su cumpleaños, en el año '83. Servía como pista: podría decirse entonces que, en aquella fecha su permanencia dentro del grupo se había consolidado. Quería decir: ya no su acercamiento intelectual hacia Pablo Enrique, sino con la totalidad de sus integrantes.
Deducía entonces que entre aquel primer acercamiento a causa de sus inquietudes de periodista alternativo y aquellas noches afiebradas en el Petit Lion D'or, transcurrió un año. Es a partir de allí que vivenciaría (en distintos momentos de su vida y en distintas formas) gratas y demenciales veladas con muchos de los integrantes de esta cofradía.
Cruzando un umbral un tanto peligroso:
Esos pasadizos subterráneos por donde el misterio se interconecta,deben tener entradas y salidas camoufladas en varios puntos de la ciudad. Cierta tarde G. había estado observando una antigua puerta ubicada el el pasaje catedral. Discreta y semioculta, en una calleja poco menos que desolada, y en ambos extremos unos portones de hierro de grandes dimensiones, que al atardecer son cerrados con gruesas cadenas.
El nombre de la Catedral también le resultaba significativo: San Pedro -poseedor de la llave de entrada al cielo- y Santa Cecilia, patrona de la ciudad. Nombre que también coincide con el del claustro de monjas. Una pista que nos lleva directo al otro vértice del triángulo (la catedral es la base).
El vértice que completa este territorio es el del Ayuntamiento (pero centrando toda La atención en su antígua biblioteca): concentración del poder político y del conocimiento, ingredientes formativos de cualquier logia: fuerza, poder y cultura, argamasa para solidificar los pilares de un dogma irrevocable.
Pero alli no termina todo... hay otra salida oculta, próxima al claustro, de la que pronto te hablaré.
Aunque debo advertirte que el poder de las potencias de la noche se hará cada vez más opresivo.
La Puerta de entrada de la Catedral tiene un símbolo en uno de sus vitrales: ese gran pez violáceo encapsulado en un útero celestial. Un pez que nada entre el cielo y el fondo de los mares, quién -probablemente- ha dado un salto prodigioso y en el reflejo del cielo sobre el agua transmutó en un viaje eterno y sideral.
Los vitrales de la iglesia producen esa sensación, uno se halla envuelto en esas luces centelleantes, que cambian con los caprichos de las nubes.
Repentinamente, es uno mismo el que se siente en un útero materno, como en un sitio en que los seres indagan sobre el origen de las cosas. Donde se intuye un principio de unidad.
En cambio, el edificio de la loma (el convento) se le reprentaba a G. como un lugar más lúgubre y sombrío.
Sus paredes enmohecidas por el tiempo y cercanía del mar, ayudan a dar esa sensación. Sin embargo, repetía G. cuando hablaba del tema: jamás olvidaré aquella noche, en la que caminando alrededor del edificio, descubrí esos horribles seres del inframundo que ornamentan las canaletas del desague de los techos.
Esos animales repulsivos me vigilaban desde sus aparentes inmóviles perfiles. Sus fauces abiertas advierten, que ellos son guardianes del predio.
¿Qué es peor: el efecto de una catedral oscura, pero real?,
¿O esta otra visionada en sueños, donde las criaturas salen de entre la negrura y se nos presentan en advertencia, vedándonos el paso más allá de esos muros.
G. tenía una manía: la de abrir un libro y consultarlo, como si fuera el I Ching, aunque el texto fuera un ensayo o una novela. En ese momento en su morral llevaba uno de Artaud que al abrirlo al azar profetizó:
"Debe diferenciarse lo oscuro de lo opaco. Lo oscuro es apto para ser iluminado. A lo opaco la luz lo vuelve menos imperceptible, más opaco aún.
Su opuesto está ejemplificado en el poeta verdadero que transitan por lo oscuro, que es la noche sagrada de Holderin.
El falso poeta es el poeta opaco".
Trasladar la sentencia a su situación fue un flechazo: Los muros oscuros y las gárgolas marcan una frontera, que sólo un poeta iluminado podría aclarar.
Luego, en el margen de la página del libro, anotó:
Si el pez que marca la entrada a la iglesia agita su cola repentinamente, será seguramente a causa del destello solar, que se filtra por la nave del templo. Supongo que allí estará la causa. Pero, no puedo decir lo mismo de las bestias exóticas que decoran el claustro de la loma Santa Cecilia. Esas quitan el aliento.
El nombre de la Catedral también le resultaba significativo: San Pedro -poseedor de la llave de entrada al cielo- y Santa Cecilia, patrona de la ciudad. Nombre que también coincide con el del claustro de monjas. Una pista que nos lleva directo al otro vértice del triángulo (la catedral es la base).
El vértice que completa este territorio es el del Ayuntamiento (pero centrando toda La atención en su antígua biblioteca): concentración del poder político y del conocimiento, ingredientes formativos de cualquier logia: fuerza, poder y cultura, argamasa para solidificar los pilares de un dogma irrevocable.
Pero alli no termina todo... hay otra salida oculta, próxima al claustro, de la que pronto te hablaré.
Aunque debo advertirte que el poder de las potencias de la noche se hará cada vez más opresivo.
La Puerta de entrada de la Catedral tiene un símbolo en uno de sus vitrales: ese gran pez violáceo encapsulado en un útero celestial. Un pez que nada entre el cielo y el fondo de los mares, quién -probablemente- ha dado un salto prodigioso y en el reflejo del cielo sobre el agua transmutó en un viaje eterno y sideral.
Los vitrales de la iglesia producen esa sensación, uno se halla envuelto en esas luces centelleantes, que cambian con los caprichos de las nubes.
Repentinamente, es uno mismo el que se siente en un útero materno, como en un sitio en que los seres indagan sobre el origen de las cosas. Donde se intuye un principio de unidad.
En cambio, el edificio de la loma (el convento) se le reprentaba a G. como un lugar más lúgubre y sombrío.
Sus paredes enmohecidas por el tiempo y cercanía del mar, ayudan a dar esa sensación. Sin embargo, repetía G. cuando hablaba del tema: jamás olvidaré aquella noche, en la que caminando alrededor del edificio, descubrí esos horribles seres del inframundo que ornamentan las canaletas del desague de los techos.
Esos animales repulsivos me vigilaban desde sus aparentes inmóviles perfiles. Sus fauces abiertas advierten, que ellos son guardianes del predio.
¿Qué es peor: el efecto de una catedral oscura, pero real?,
¿O esta otra visionada en sueños, donde las criaturas salen de entre la negrura y se nos presentan en advertencia, vedándonos el paso más allá de esos muros.
G. tenía una manía: la de abrir un libro y consultarlo, como si fuera el I Ching, aunque el texto fuera un ensayo o una novela. En ese momento en su morral llevaba uno de Artaud que al abrirlo al azar profetizó:
"Debe diferenciarse lo oscuro de lo opaco. Lo oscuro es apto para ser iluminado. A lo opaco la luz lo vuelve menos imperceptible, más opaco aún.
Su opuesto está ejemplificado en el poeta verdadero que transitan por lo oscuro, que es la noche sagrada de Holderin.
El falso poeta es el poeta opaco".
Trasladar la sentencia a su situación fue un flechazo: Los muros oscuros y las gárgolas marcan una frontera, que sólo un poeta iluminado podría aclarar.
Luego, en el margen de la página del libro, anotó:
Si el pez que marca la entrada a la iglesia agita su cola repentinamente, será seguramente a causa del destello solar, que se filtra por la nave del templo. Supongo que allí estará la causa. Pero, no puedo decir lo mismo de las bestias exóticas que decoran el claustro de la loma Santa Cecilia. Esas quitan el aliento.
lunes, 9 de noviembre de 2009
Fiesta en la mansión:
A aquella fiesta en "Aquí vivieron" concurríó junto a M. y lo que en principio parecía ser una reunión artística de alto vuelo, resultó finalmente un baile de disfraces colmado de gente extraña, había mucha tensión en el aire. Algo fuera de lo normal ocurría allí. Al ingresar, en una especie de hall de entrada se veía una estufa hogar, a la que le habían colocado unas falsas lenguas de fuego que movían un ventilador.Un fuego de papel crepé rojizo. Unas caretas en cerámica ambientaban la sala, mientras que tiras de guirnaldas de varios colores pretendían generar un clima de diversión, sin lograrlo. Junto a la estufa hogar, un sillón, vacío.
En determinado momento surgieron discusiones en torno al grupo Aragón, o sea entre sus amigos y conocidos - a través de quienes G. había llegado allí-.
No podría decirse hoy, luego de tanto tiempo transcurrido, qué fue lo que lo insitó a huir de allí, fue un poco el hastío (esto no es la primera vez que lo comentaba), el percibir que toda aquella gente estaba psiquicamente desorbitada esa noche y que el sin sentido se estaba apoderando de las relaciones humanas. En esa decadencia, los códigos se quebraban.
De alguna forma, algo en su interior le pedía dirigir sus días en otra dirección, que buscara alivianar mi rumbo.
Su corazón sabiamente lo guió hacia proyectos más puros y un aliado le tendió sus brazos incondicionales.
-"¿Puedes ahora repasar mi sueño?, ¿puedes sopesar las fuerzas ocultas de mi alma afiebrada?, ¿ eres capaz de reconocer en medio de estas pesadillas cíclicas a Teseo decidido a vencer al minotauro?"-.
¿Hasta qué punto la fuerza del espíritu puede quebrar los hechizos? , ¿cómo dinamitar los conjuros, sino con una pureza osada hecha poesía, o hálito vital?.
Tremendas preguntas, generadas en el espíritu de G., pensadas y vueltas a repensar...
Para ello escribía en su libreta de fuego, con la finalidad de darles un esclarecimiento.
Por eso mismo trasladaba a las Cartas Alemanas sus deducciones.
Del otro lado del Océano, dentro de un reducido cubiculo R. leería apasionadamente esos escritos enviados sistemáticamente por su amigo.
"-Pero dime más, insistía al contestarle: ¿quiénes estaban allí?, ¿cuáles de los integrantes del grupo estaban discutiéndo?, ¿de qué discutían?.
En ese punto G. levantaba sus hombros y le decía: no importaba la discusión en sí, es más yo no participaba de ella. Lo que me hartó fue la escena"-.
-"Y allí estaba M. quien podía acompañarme hacia experiencias más genuinas y transparentes... por eso mismo le dije: nos vamos.
Partimos inmediatamente, ni siquiera hablamos de la fiesta.
Cruzando la esquina la vida era distinta, y era nuestra"-.
Sin embargo... diría R. (siempre con aire de detective): -¿Cómo conectas tus sueños geométricos con la Mansión?.
Ya te he dicho, respondía G. algo inquieto: quizá en forma parcial, pero en muchas de nuestras charlas, que debes tener siempre presente una visión de conjunto -La Catedral, El edificio Municipal en que alguna vez funcionó la Biblioteca, el Claustro de Santa Cecilia son enclaves fundamentales-.
Luego vienen otros edificios secundarios: como este primer departamento en el que estuvo habitando M, el de la calle 25 de mayo, o la Mansión de la fiesta (en la que dejé de frecuentar al grupo Aragón).
Dos años después M. se mudaría a otro departamento sobre la calle Mitre y Once de septiembre... sin embargo, la zona es siempre la misma, en los confines de mis sueños.
-"La relación que establezco con "Aquí vivieron" es que si bien logré desatarme de los lazos que me unían a un grupo que en otra época había sido significativo, pero ya no lo era, en mi sueño muchos de ellos regresaban a juzgarme"-.
En determinado momento surgieron discusiones en torno al grupo Aragón, o sea entre sus amigos y conocidos - a través de quienes G. había llegado allí-.
No podría decirse hoy, luego de tanto tiempo transcurrido, qué fue lo que lo insitó a huir de allí, fue un poco el hastío (esto no es la primera vez que lo comentaba), el percibir que toda aquella gente estaba psiquicamente desorbitada esa noche y que el sin sentido se estaba apoderando de las relaciones humanas. En esa decadencia, los códigos se quebraban.
De alguna forma, algo en su interior le pedía dirigir sus días en otra dirección, que buscara alivianar mi rumbo.
Su corazón sabiamente lo guió hacia proyectos más puros y un aliado le tendió sus brazos incondicionales.
-"¿Puedes ahora repasar mi sueño?, ¿puedes sopesar las fuerzas ocultas de mi alma afiebrada?, ¿ eres capaz de reconocer en medio de estas pesadillas cíclicas a Teseo decidido a vencer al minotauro?"-.
¿Hasta qué punto la fuerza del espíritu puede quebrar los hechizos? , ¿cómo dinamitar los conjuros, sino con una pureza osada hecha poesía, o hálito vital?.
Tremendas preguntas, generadas en el espíritu de G., pensadas y vueltas a repensar...
Para ello escribía en su libreta de fuego, con la finalidad de darles un esclarecimiento.
Por eso mismo trasladaba a las Cartas Alemanas sus deducciones.
Del otro lado del Océano, dentro de un reducido cubiculo R. leería apasionadamente esos escritos enviados sistemáticamente por su amigo.
"-Pero dime más, insistía al contestarle: ¿quiénes estaban allí?, ¿cuáles de los integrantes del grupo estaban discutiéndo?, ¿de qué discutían?.
En ese punto G. levantaba sus hombros y le decía: no importaba la discusión en sí, es más yo no participaba de ella. Lo que me hartó fue la escena"-.
-"Y allí estaba M. quien podía acompañarme hacia experiencias más genuinas y transparentes... por eso mismo le dije: nos vamos.
Partimos inmediatamente, ni siquiera hablamos de la fiesta.
Cruzando la esquina la vida era distinta, y era nuestra"-.
Sin embargo... diría R. (siempre con aire de detective): -¿Cómo conectas tus sueños geométricos con la Mansión?.
Ya te he dicho, respondía G. algo inquieto: quizá en forma parcial, pero en muchas de nuestras charlas, que debes tener siempre presente una visión de conjunto -La Catedral, El edificio Municipal en que alguna vez funcionó la Biblioteca, el Claustro de Santa Cecilia son enclaves fundamentales-.
Luego vienen otros edificios secundarios: como este primer departamento en el que estuvo habitando M, el de la calle 25 de mayo, o la Mansión de la fiesta (en la que dejé de frecuentar al grupo Aragón).
Dos años después M. se mudaría a otro departamento sobre la calle Mitre y Once de septiembre... sin embargo, la zona es siempre la misma, en los confines de mis sueños.
-"La relación que establezco con "Aquí vivieron" es que si bien logré desatarme de los lazos que me unían a un grupo que en otra época había sido significativo, pero ya no lo era, en mi sueño muchos de ellos regresaban a juzgarme"-.
aclaración sobre los textos de "Sueños Geométricos":
Las anotaciones sobre ese sueño estaban escritas a máquina, habían sido cuidadosamente guardadas en un sobre y más tarde transcriptas por G. en su libreta.
Alguna vez, a R. le había llamado la atención por qué estaban tipeadas en mayúscula de principio a fin, y G. le había contestado: porque ese sueño tan poderoso y significativo se encadenaba con otros y que además, todos ellos eran recurrentes.
Que en alguna medida el espacio geográfico los conectaba, y que él estaba absolutamente seguro que eso no era casual.
La zona en que convergen los lados del triángulo poseé edificios históricos e institucionales. No solo se conectan en ese sentido, sino que esconden secretos más profundos. Estaba seguro que aquello podía demostrarse, apenas requería una investigación en los anales de la ciudad, tal vez también en catastro.
R. supo de esos escritos a través de cartas, en los tiempos Alemanes. Habían transcurrido casi dos años de los acontecimientos relatados, sin embargo ello no les quitaba misterio, por el contrario... resultaban aún más poderosos entonces.
Las fuerzas psíquicas se habían desatado; la búsqueda onírica de M. era una especie de caleidoscopio de tantas otras experiencias vivenciadas: una especie de símbolo de la unidad perdida.
R. sintió una persistente curiosidad, al momento que G. le relatara aquella noche en que se celebró la fiesta en la mansión de "Aquí vivieron". Una y otra vez le pidió a su amigo detalles sobre ese asunto...
Por momentos G. sentía fastidio ante las aguijoneantes consultas de su amigo; recordaba generalidades, no todos los detalles del evento, lo que sí tenía en claro era la sensación de hastío que le produjo la velada, de la que finalmente escapó.
-" Mira R.: si están tipeados en mayuscula, es para no olvidarme de lo peligrosos que pueden llegar a ser y de mi urgencia por develar ciertos misterios. Esa es toda la explicación que puedo ofrecerte al respecto. En cambio, sobre la fiesta en la mansión, dejame insistir con un nuevo relato sobre lo ocurrido, quizá rescate algunos recuerdos..."-.
Alguna vez, a R. le había llamado la atención por qué estaban tipeadas en mayúscula de principio a fin, y G. le había contestado: porque ese sueño tan poderoso y significativo se encadenaba con otros y que además, todos ellos eran recurrentes.
Que en alguna medida el espacio geográfico los conectaba, y que él estaba absolutamente seguro que eso no era casual.
La zona en que convergen los lados del triángulo poseé edificios históricos e institucionales. No solo se conectan en ese sentido, sino que esconden secretos más profundos. Estaba seguro que aquello podía demostrarse, apenas requería una investigación en los anales de la ciudad, tal vez también en catastro.
R. supo de esos escritos a través de cartas, en los tiempos Alemanes. Habían transcurrido casi dos años de los acontecimientos relatados, sin embargo ello no les quitaba misterio, por el contrario... resultaban aún más poderosos entonces.
Las fuerzas psíquicas se habían desatado; la búsqueda onírica de M. era una especie de caleidoscopio de tantas otras experiencias vivenciadas: una especie de símbolo de la unidad perdida.
R. sintió una persistente curiosidad, al momento que G. le relatara aquella noche en que se celebró la fiesta en la mansión de "Aquí vivieron". Una y otra vez le pidió a su amigo detalles sobre ese asunto...
Por momentos G. sentía fastidio ante las aguijoneantes consultas de su amigo; recordaba generalidades, no todos los detalles del evento, lo que sí tenía en claro era la sensación de hastío que le produjo la velada, de la que finalmente escapó.
-" Mira R.: si están tipeados en mayuscula, es para no olvidarme de lo peligrosos que pueden llegar a ser y de mi urgencia por develar ciertos misterios. Esa es toda la explicación que puedo ofrecerte al respecto. En cambio, sobre la fiesta en la mansión, dejame insistir con un nuevo relato sobre lo ocurrido, quizá rescate algunos recuerdos..."-.
domingo, 8 de noviembre de 2009
sueños geométricos, 2da parte
COMO SI CONOCIERAN PERFECTAMENTE AQUEL AMBIENTE, CASI TODOS AQUELLOS PERSONAJES PERMANECÍAN EN SILENCIO, AUNQUE NINGUNO DEJABA DE OBSERVARME.
YO PENSABA: -HAY UN PUENTE QUE ES PULSADO POR EL AFECTO, UN PUENTE CUYA PUREZA NO PUEDE SER QUEBRADA POR LA MALDAD, Y POR ESE PUENTE M. YO CRUZARÉ HASTA TÍ. PODRÁS VER MIS OJOS Y ENTONCES LA MAGIA PERMANECERÁ INTACTA.
AHORA BIEN, YA HE DICHO CON PRECISIÓN LAS COORDENADAS EN QUE OCURRIÓ EL SUEÑO, EN ESA ZONA FRONTERIZA EN LOS CONFINES DE AQUEL CROQUIS QUE TRACÉ Y QUE TIENE FORMA DE TRIÁNGULO: EN LAS CERCANÍAS DE LA ANTIGUA BIBLIOTECA MUNICIPAL, EN DIAGONAL A LA CATEDRAL Y EQUIDISTANTE AL VIEJO CLAUSTRO DE LA LOMA DE SANTA CECILIA.
SI BIEN ESTOS TERRITORIOS SE ARTICULAN EN MIS SUEÑOS TIENEN TAMBIÉN SU CORRELATO EN LA GEOGRAFÍA URBANA DE TODOS LOS DÍAS, SON TANGIBLES... TAN SOLO CAMBIA LA ATMÓSFERA ENTRE LO DIURNO Y COTIDIANO EN CONTRAPOSICIÓN A LO QUE OCURRE MIENTRAS DUERMO.
VOLVIENDO AL PLANO, DONDE TRACÉ UN CÍRCULO AZUL (QUE VA EN LÍNEA RECTA AL EDIFICIO SOÑADO), ALLÍ ESTÁ UBICADA UNA MANSIÓN MUY ANTIGUA QUE DESDE MUCHO TIEMPO ATRÁS ME RESULTABA LLAMATIVA (MÁS BIEN ME ATRAÍA SU ARQUITECTURA) EN LA QUE REPARÉ INFINIDAD DE VECES EN MIS ENSOÑACIONES JUVENILES.
EN ESE EDIFICIO, PARA LA ÉPOCA DE MI RELATO FUNCIONÓ UN ENTE CULTURAL LLAMADO "AQUÍ VIVIERON".
COMO LO ES EL EDIFICIO EN QUE ME ENFRENTARA AL ESPÍRITU SINIESTRO, TAMBIÉN ESTA ANTIGUA MANSIÓN, ES FRONTERIZA AL CROQUIS TRIANGULAR, DELIMITAN TODOS ELLOS LA ZONA SECRETA DE MIS SUEÑOS.
PRONTO SABRÁS HACIA DÓNDE CONDUCE MI RELATO: CRUZAREMOS UN UMBRAL UN TANTO PELIGROSO...
¿ESTÁS PREPARADO A SEGUIRME?.
YO PENSABA: -HAY UN PUENTE QUE ES PULSADO POR EL AFECTO, UN PUENTE CUYA PUREZA NO PUEDE SER QUEBRADA POR LA MALDAD, Y POR ESE PUENTE M. YO CRUZARÉ HASTA TÍ. PODRÁS VER MIS OJOS Y ENTONCES LA MAGIA PERMANECERÁ INTACTA.
AHORA BIEN, YA HE DICHO CON PRECISIÓN LAS COORDENADAS EN QUE OCURRIÓ EL SUEÑO, EN ESA ZONA FRONTERIZA EN LOS CONFINES DE AQUEL CROQUIS QUE TRACÉ Y QUE TIENE FORMA DE TRIÁNGULO: EN LAS CERCANÍAS DE LA ANTIGUA BIBLIOTECA MUNICIPAL, EN DIAGONAL A LA CATEDRAL Y EQUIDISTANTE AL VIEJO CLAUSTRO DE LA LOMA DE SANTA CECILIA.
SI BIEN ESTOS TERRITORIOS SE ARTICULAN EN MIS SUEÑOS TIENEN TAMBIÉN SU CORRELATO EN LA GEOGRAFÍA URBANA DE TODOS LOS DÍAS, SON TANGIBLES... TAN SOLO CAMBIA LA ATMÓSFERA ENTRE LO DIURNO Y COTIDIANO EN CONTRAPOSICIÓN A LO QUE OCURRE MIENTRAS DUERMO.
VOLVIENDO AL PLANO, DONDE TRACÉ UN CÍRCULO AZUL (QUE VA EN LÍNEA RECTA AL EDIFICIO SOÑADO), ALLÍ ESTÁ UBICADA UNA MANSIÓN MUY ANTIGUA QUE DESDE MUCHO TIEMPO ATRÁS ME RESULTABA LLAMATIVA (MÁS BIEN ME ATRAÍA SU ARQUITECTURA) EN LA QUE REPARÉ INFINIDAD DE VECES EN MIS ENSOÑACIONES JUVENILES.
EN ESE EDIFICIO, PARA LA ÉPOCA DE MI RELATO FUNCIONÓ UN ENTE CULTURAL LLAMADO "AQUÍ VIVIERON".
COMO LO ES EL EDIFICIO EN QUE ME ENFRENTARA AL ESPÍRITU SINIESTRO, TAMBIÉN ESTA ANTIGUA MANSIÓN, ES FRONTERIZA AL CROQUIS TRIANGULAR, DELIMITAN TODOS ELLOS LA ZONA SECRETA DE MIS SUEÑOS.
PRONTO SABRÁS HACIA DÓNDE CONDUCE MI RELATO: CRUZAREMOS UN UMBRAL UN TANTO PELIGROSO...
¿ESTÁS PREPARADO A SEGUIRME?.
sábado, 7 de noviembre de 2009
Sueños Geométricos, primera parte.
EN UNA VEREDA DESIERTA, UNA NOCHE FRÍA, ME DESPLAZABA CAMINANDO EXTREMADAMENTE CONSCIENTE DE LA SOLEDAD QUE ME CIRCUNDABA
-PUES SE PUEDE DECIR QUE NADIE, NI PERSONA NI ANIMAL, OBJETO O MÁQUINA- COMPARTÍAN EL EXÁCTO INSTANTE EN QUE ME HALLABA.
ES UNA VEREDA MARPLATENSE UBICADA SOBRE LA CALLE HIPÓLITO IRIGOYEN, EN INTERSECCIÓN CON LA ESQUINA DE 25 DE MAYO, SITIO EN EL QUE ME DETUVE Y DECIDIDAMENTE INGRESÉ EN UN EDIFICIO.
ESE INMUEBLE SÓLO EXISTE EN MI SUEÑO.
UNA VEZ DENTRO SUBÍ POR EL ASCENSOR HASTA UN QUINTO O SEXTO PISO (SEGÚN MIS CÁLCULOS) Y SIN GOLPEAR LA PUERTA INGRESÉ A UNO DE LOS DEPARTAMENTOS. PARECÍA ESTAR DESOCUPADO.
EN MI SORPRESA YO MIRABA TODO, MUEBLES, OBJETOS, BOLSOS Y PRENDAS DE VESTIR. REPENTINAMENTE TUVE LA CERTEZA DE QUE AQUEL SITIO PERTENECÍA A M.
EN MI INDAGACIÓN, DENTRO DE AQUEL SUEÑO, BUSCABA INDICIOS DE SU PRESENCIA.
FUE ASÍ QUE ME DIRIGÍ HACIA OTRA DE LAS HABITACIONES Y ALLÍ QUEDÉ SOBRESALTADO AL ENCONTRARME FRENTE A UNA SOMBRA TEMERARIA, LA QUE DE INMEDIATO RECONOCÍ COMO A UNA MUJER PELIGROSAMENTE ESCRUTADORA SENTADA EN UN SILLÓN ANTÍGUO, (QUIÉN HASTA ESE MOMENTO SE HABÍA MANTENIDO ESPIÁNDOME EN SILENCIO).
ESA MUJER REPRESENTABA UN ESPÍRITU MATERNALMENTE FEROZ, Y SENTÍ INMEDIATAMENTE QUE TRATABA DE INTERCEPTAR MI BÚSQUEDA SENSIBLE DE M.
Y SI BIEN NO ERA UNA ENCARNACIÓN EXACTA DE SU MADRE, ERA LA CORPORIZACIÓN DE UN CORAZÓN DESPIADADO Y PERVERSO.
-¿QUÉ HAS VENÍDO A HACER AQUÍ?- ME REPROCHÓ CON VOZ HELADA, DESDE LAS PENUMBRAS EN QUE CONTINUABA ESCUDÁNDOSE.
ESTABA SEGURO QUE DE ALGUNA MANERA ELLA CONOCÍA MI RESPUESTA, QUE ELLA LEÍA MIS PENSAMIENTOS.
RESPONDÍ: -HE VENÍDO A BUSCAR ALGO QUE ME PERTENECE. O MÁS BIEN: -ALGO QUE APENAS ES MIO, ME HA GUIADO HASTA AQUÍ, POR CONSIGUIENTE NADA NI NADIE DETENDRÁ MI BÚSQUEDA.
SENTÍA SU RESPIRACIÓN NERVIOSA, MÁS BIEN MOLESTA A CAUSA DE MI ATREVIMIENTO.
ENTONCES, REPENTINAMENTE EL LUGAR COMENZÓ A POBLARSE DE PERSONAS QUE CONOZCO BIEN, TODOS ELLOS OCUPABAN LUGARES ESPECÍFICOS EN LA SALA.
MIRÁNDOLOS DETENIDAMENTE EXCLAMÉ:
PRECISAMENTE A USTEDES QUE HE DECIDIDO ABIERTAMENTE DEJAR DE LADO, ¿TENGO QUE ENCONTRARLOS ENTRE ESTAS PAREDES?, DE TODAS FORMAS ENTIENDO PERFECTAMENTE LA CAUSA DE VUESTRA LLEGADA, PUES SABEN QUE DE NINGÚN OTRO MODO PODRÍAN HALLARME EN OTRA PARTE.
-PUES SE PUEDE DECIR QUE NADIE, NI PERSONA NI ANIMAL, OBJETO O MÁQUINA- COMPARTÍAN EL EXÁCTO INSTANTE EN QUE ME HALLABA.
ES UNA VEREDA MARPLATENSE UBICADA SOBRE LA CALLE HIPÓLITO IRIGOYEN, EN INTERSECCIÓN CON LA ESQUINA DE 25 DE MAYO, SITIO EN EL QUE ME DETUVE Y DECIDIDAMENTE INGRESÉ EN UN EDIFICIO.
ESE INMUEBLE SÓLO EXISTE EN MI SUEÑO.
UNA VEZ DENTRO SUBÍ POR EL ASCENSOR HASTA UN QUINTO O SEXTO PISO (SEGÚN MIS CÁLCULOS) Y SIN GOLPEAR LA PUERTA INGRESÉ A UNO DE LOS DEPARTAMENTOS. PARECÍA ESTAR DESOCUPADO.
EN MI SORPRESA YO MIRABA TODO, MUEBLES, OBJETOS, BOLSOS Y PRENDAS DE VESTIR. REPENTINAMENTE TUVE LA CERTEZA DE QUE AQUEL SITIO PERTENECÍA A M.
EN MI INDAGACIÓN, DENTRO DE AQUEL SUEÑO, BUSCABA INDICIOS DE SU PRESENCIA.
FUE ASÍ QUE ME DIRIGÍ HACIA OTRA DE LAS HABITACIONES Y ALLÍ QUEDÉ SOBRESALTADO AL ENCONTRARME FRENTE A UNA SOMBRA TEMERARIA, LA QUE DE INMEDIATO RECONOCÍ COMO A UNA MUJER PELIGROSAMENTE ESCRUTADORA SENTADA EN UN SILLÓN ANTÍGUO, (QUIÉN HASTA ESE MOMENTO SE HABÍA MANTENIDO ESPIÁNDOME EN SILENCIO).
ESA MUJER REPRESENTABA UN ESPÍRITU MATERNALMENTE FEROZ, Y SENTÍ INMEDIATAMENTE QUE TRATABA DE INTERCEPTAR MI BÚSQUEDA SENSIBLE DE M.
Y SI BIEN NO ERA UNA ENCARNACIÓN EXACTA DE SU MADRE, ERA LA CORPORIZACIÓN DE UN CORAZÓN DESPIADADO Y PERVERSO.
-¿QUÉ HAS VENÍDO A HACER AQUÍ?- ME REPROCHÓ CON VOZ HELADA, DESDE LAS PENUMBRAS EN QUE CONTINUABA ESCUDÁNDOSE.
ESTABA SEGURO QUE DE ALGUNA MANERA ELLA CONOCÍA MI RESPUESTA, QUE ELLA LEÍA MIS PENSAMIENTOS.
RESPONDÍ: -HE VENÍDO A BUSCAR ALGO QUE ME PERTENECE. O MÁS BIEN: -ALGO QUE APENAS ES MIO, ME HA GUIADO HASTA AQUÍ, POR CONSIGUIENTE NADA NI NADIE DETENDRÁ MI BÚSQUEDA.
SENTÍA SU RESPIRACIÓN NERVIOSA, MÁS BIEN MOLESTA A CAUSA DE MI ATREVIMIENTO.
ENTONCES, REPENTINAMENTE EL LUGAR COMENZÓ A POBLARSE DE PERSONAS QUE CONOZCO BIEN, TODOS ELLOS OCUPABAN LUGARES ESPECÍFICOS EN LA SALA.
MIRÁNDOLOS DETENIDAMENTE EXCLAMÉ:
PRECISAMENTE A USTEDES QUE HE DECIDIDO ABIERTAMENTE DEJAR DE LADO, ¿TENGO QUE ENCONTRARLOS ENTRE ESTAS PAREDES?, DE TODAS FORMAS ENTIENDO PERFECTAMENTE LA CAUSA DE VUESTRA LLEGADA, PUES SABEN QUE DE NINGÚN OTRO MODO PODRÍAN HALLARME EN OTRA PARTE.
Introducción:
Hola amigos:
quienes son partícipes de la página en facebook de Gerardo Millán conocerán lo publicado hasta ahora allí. Producto del rescate de las anotaciones de la "Libreta de fuego" , las "Cartas Alemanas" y los juegos del "Aleph".
En las Comarcas del Totem relata un instánte en las vidas de G., R., A. y M., entre los años 1982 y 1987 aproximadamente.
Aunque también discurre en Liniers, Rosario, Buzios y Necochea... ya que los personajes de esta historia, transcurren sus días moviéndose de un sitio a otro, en busca de sus propios destinos.
Es esta una historia de encuentros y desencuentros, de amistad y pasión, de amor y alejamientos... pero sin lugar a dudas, una inolvidable experiencia vital.
Es también el registro de una época... en un País increíble, donde una generación se abría a la dulce experiencia de la libertad anhelada.
Vitácora de la resistencia, plataforma de vuelo y
-osado peregrinar de internautas adolescentes-, dispuestos a trazar sus propios rumbos. Aunque siempre, haciéndo propios esos reconocimiéntos en el contácto con los demás.
En las Comarcas del tótem es eso y mucho más...
Tanto como estés dispuesto a encontrar.
quienes son partícipes de la página en facebook de Gerardo Millán conocerán lo publicado hasta ahora allí. Producto del rescate de las anotaciones de la "Libreta de fuego" , las "Cartas Alemanas" y los juegos del "Aleph".
En las Comarcas del Totem relata un instánte en las vidas de G., R., A. y M., entre los años 1982 y 1987 aproximadamente.
Aunque también discurre en Liniers, Rosario, Buzios y Necochea... ya que los personajes de esta historia, transcurren sus días moviéndose de un sitio a otro, en busca de sus propios destinos.
Es esta una historia de encuentros y desencuentros, de amistad y pasión, de amor y alejamientos... pero sin lugar a dudas, una inolvidable experiencia vital.
Es también el registro de una época... en un País increíble, donde una generación se abría a la dulce experiencia de la libertad anhelada.
Vitácora de la resistencia, plataforma de vuelo y
-osado peregrinar de internautas adolescentes-, dispuestos a trazar sus propios rumbos. Aunque siempre, haciéndo propios esos reconocimiéntos en el contácto con los demás.
En las Comarcas del tótem es eso y mucho más...
Tanto como estés dispuesto a encontrar.
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