domingo, 2 de mayo de 2010

¿Acaso fue apenas un triángulo hostíl?:

-" Sería sencillo decir que ante nosotros se interponía R.
Podría decirse también que lo conflictivo de aquella extraña historia era la superposición mía frente a ellos.

Sin embargo ese tipo de planteos apenas nos dejarían en la superficie de lo sucedido.
Había algo más cruel, más egoísta, que hacía que nuestro reencuentro fuera de individualidades no dispuestas a fusionarse, como una estampa de nuestras miserias"-.

Ella encontraba en ambos un impulso que la encendía.
En R. su lado salvaje, ese torbellino de pasión, propio de los seres impulsivos y reaccionarios, que en las horas de juventud se traduce como bella aventura. Allí creyó encontrar el amor.

En G. una especie de sabiduría poética adquirida en la soledad. Ella adoraba en él ese aspecto misterioso y receptivo con el que aprehendía el mundo. Él era capaz de escucharla en el más profundo de los silencios; también podía reconocer la más tenue de las miradas y gestos.
Con él se sentía acompañada y comprendida.

Quizá mezclando esas condiciones en una fórmula mágica hubiéra logrado un ser único. pero: ¿ puede acaso el amor dejar de ser exclusivo?, ¿ puede su naturaleza absorbente fructificar dentro de un triángulo hostil?.

Incluso, catalogándolo de hostil, tampoco radicaba en ello un problema real: sucede siempre que la realidad es más compleja de lo que aparenta ser.
Inútil sería fraguar esta historia reduciéndola a un pequeña relación destrozada por los celos.
Aquí hubo pasión, hubo poesía, ternura y amistad.

Aún cuando el amor exige fidelidad absoluta dentro de sus confines, existen un sinfín de fuerzas pertenecientes al orden del inconsciente que actúan y fructifican a pesar de lo predecible.

Las circuntancias de la separación ( que fuera salvaje) obedecía a ese desorden.
Y para llegar entonces -tan siquiera al análisis personal de aquellos hechos- se hacía necesario dar crédito a las deducciones un tanto precarias que G. comenzaba a amalgamar.
Al fin y al cabo:
No eran las presencias las que se interponían, sino más bien sus agitadas conciencias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario