lunes, 10 de mayo de 2010

Extrañas circunstancias:

-"Espíritus inquietos, obsesivos, algunos de un perfil decididamente violento se corporizaron aquella noche.
Yo observaba atentamente, hasta el instánte en que todo se tornó cada vez más oscuro.
Desde el punto de vista formal, habíamos sido invitados a una cena. Pizzas y empanadas giraban en bandejas entre los invitados, acompañadas de vino tinto.

Cualquiera que viera el cuadro de situación, creería que todo transcurría allí apaciblemente.
Sin embargo, el coloquio se tornaba cada vez más desquiciante.

Dante, tímido como siempre, con esa humildad característica y parca propia de él, se acercaba a mí tanto como le resultara posible hacerlo en tales circunstancias.
Algo me susurraba al oído, lo que por otra parte, no llegaba comprender, ya que quedaba ahogado por las risas y las voces generales.
El resto de los comenzales (que fueron llegando en distintos momentos) conversaban y se explayaban con absoluta naturalidad y soltura.

Uno de los disertantes, proveniente del noroeste argentino, de textura delgada y mirada de águila -taciturno y opaco en sus movimiéntos- hablaba en un tono más alto que el resto.
Norberto (como anfitrión) nos había explicado previamente que ese personaje había nacido en un pueblito de la cordillera, siendo criado por sus tías, de las que se decía eran brujas.
Éste invitado comentó a los allí reunidos que últimamente tenía visiones y que no podía controlarlas. Lo que le había estado generando ciertos problemas domésticos, ya que sus hijos veían brujas en la casa y sufrian de fuertes pesadillas.

Otro de los personajes allí presentes, que había llamado poderosamente mi atención desde el mismo instánte en que llegó a la reunión, era una mujer.
Profundamente nerviosa, quién se había incorporado a la cena tardíamente, y que por otra parte no había dejado de emitir chasquidos con sus dedos frotándose las manos mientras el anterior orador desarrollara su relato.
Se me representaba como una mujer tremendamente acosada, pues -nos había confesado- todo lo que ella pensaba, en especial sus malos pensamientos, se materializaban.

Sus familiares le reprochaban ésto (según nos contó esa noche). Considerandola responsable del pájaro de mal agüero que desde entonces anidaba sobre ellos.
Algunos accidentes ya habían estado ocurriendo entre éstos, nos confesó...
Ya no sabía qué más hacer para dar fin a esos acontecimientos, pero sus ideas eran cada vez más poderosas -terminó de explicarnos- entre lamentos.
Dante estaba muy pálido. Yo comencé a darme cuenta que aquella reunión se salía de cabales.
Me serví otro vaso de vino, a fín de pensar mejor"-.

1 comentario: